Mata al 100% de los animales que la contraen y no existen vacunas para frenarla. La limpieza y desinfección; la zonificación, y el control de los desplazamientos y las medidas estrictas de bioseguridad son parte de las medidas preventivas que se deben tomar en cuenta.


Una de las enfermedades más letales para los animales de cría es la peste porcina africana, una enfermedad viral hemorrágica altamente contagiosa de los cerdos domésticos y salvajes, que es responsable de graves pérdidas económicas y de producción.
Hasta el momento y de acuerdo a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en la actualidad, no existe ninguna vacuna autorizada contra la peste porcina africana por lo que la prevención y control son las medidas más efectivas contra esta enfermedad.
El informe publicado en la página web de la OIE señala que la prevención en los países libres de la enfermedad depende de la adopción de políticas apropiadas de importación y medidas de bioseguridad, que impidan la introducción de cerdos vivos y de productos porcinos infectados en zonas libres de peste porcina africana.
Esto incluye, según el reporte de la OIE, que se garantice la eliminación adecuada de los residuos de alimentos de los aviones, buques o vehículos procedentes de países afectados y la vigilancia de las importaciones ilegales de cerdos vivos o productos porcinos provenientes de países infectados.
Argumentan que durante los brotes y en los países afectados, el control de la peste porcina africana puede ser difícil y deberá adaptarse a la situación epidemiológica específica.
Se pueden emplear medidas sanitarias clásicas, entre ellas la detección temprana y la matanza humanitaria de los animales (con la correspondiente eliminación de las canales y desechos).
La limpieza y desinfección; la zonificación, compartimentación y el control de los desplazamientos; la vigilancia y la investigación epidemiológica detallada y las medidas estrictas de bioseguridad en las explotaciones son otras de las medidas a tomar en cuenta.


El diagnóstico
Enfatizan los técnicos de la OIE que las sospechas de peste porcina africana pueden basarse en la observación de signos clínicos, pero el diagnóstico se debe confirmar mediante pruebas de laboratorio.
Esto se hace en particular para diferenciar esta enfermedad de la peste porcina clásica.
Los signos clínicos
La tasa de mortalidad y los signos clínicos pueden variar en función de la virulencia del virus y del tipo o especie de porcino.
La forma aguda de la enfermedad se caracteriza por fiebre elevada, depresión, anorexia y pérdida de apetito, hemorragias (enrojecimiento de la piel de las orejas, abdomen y patas), abortos en las cerdas preñadas, cianosis, vómitos, diarrea y muerte al cabo de 6-13 días (o hasta 20 días). La tasa de mortalidad puede llegar al 100%.
Las formas subagudas y crónicas de la enfermedad causan virus moderados o menos virulentos, que producen signos clínicos menos intensos que se pueden manifestar durante períodos más prolongados.
Las tasas de mortalidad son más bajas, pero pueden oscilar entre el 30 y el 70%. Los síntomas de la enfermedad crónica incluyen pérdida de peso, fiebre intermitente, problemas respiratorios, ulceraciones crónicas de la piel y artritis.
Fuente: OIE
Redacción: Publiagro