Se sienten complacidos porque han comprobado que se trata de una leguminosa con alto valor nutritivo. Solo cuando les sobra un poco lo llevan a la venta.


Primitivo Pardo y Nicanor Ríos son dos productores de tarwi en Tara Kuchu (Cochabamba), donde cultivan para el consumo de sus familias y solo venden cuando les sobra, pero se sienten muy felices por cuanto esta leguminosa les otorga las proteínas necesarias para la buena alimentación de sus familias.
En un trabajo audiovisual llamado «Historias de Transformación» publicado en el portal de YouTube, ambos agricultores describen los beneficios del tarwi una leguminosa que posee un alto contenido de alcaloides, los cuales le dan un sabor delicioso, muy parecido al maíz.
«Tengo 58 años de vida y desde muy joven me inicié en el cultivo del tarwi, aquí en Tara Kuchu. Han pasado años y hemos mantenido la tradición, pero hay años en los que fallan los cultivos», se lamenta el agricultor mientras muestra parte de los sembradíos los que califica de menudos (pocos).
Sostiene que en los últimos años han aparecido con mayor fuerza el polvillo y el picudo, dos plagas que atacan los sembradíos de tarwi e impiden aumentar la producción.
Pequeñas cantidades
Por su parte, Nicanor Ríos se considera un pequeño productor de esta leguminosa la que siembra todos los años, unas labores que ya habían cumplido sus antepasados, aunque señala que lo hacían en reducidas cantidades.
«Mi abuelo solo colocaba la semilla en la tierra y ahí mismo producía, pero no era este tarwi blanco, sino de otro un color más oscuro, y era dedicado netamente al consumo de la familia», recalca, aunque señala que, si algún vecino les pedía, lo compartían.


No obstante, refiere que ahora ha cambiado la siembra pues producen en mayor cantidad, por supuesto, cuando estén dadas las condiciones atmosféricas y que no aparezca una enfermedad llamada polvillo que ataca las plantaciones o que se presente el sol candente el cual daña las flores de las plantas y perjudica al tarwi.
«Al tener las cosechas vendemos lo que nos sobra en la feria de Anzaldo a 120 bolivianos la arroba y lo demás lo dejamos para comer en nuestras casas, porque si vendemos mucho ya no queda para nosotros» afirma a tiempo de señalar que la temporada de siembra es durante el mes de octubre.
Aclara que otros productores de la zona si venden bastante quintales, aunque no sabe cuál es el precio de esas ventas.
El tarwi, explica, no se puede sembrar en cualquier terreno, por lo que deben estudiar muy bien en qué sitio lo van a realizar, porque sostiene que el tarwi busca su tierra y su tiempo.
«Si la temporada es de lluvia y el suelo tiene bastante agua crece con facilidad, caso contrario aparecen los problemas», afirma en su lengua nativa que es traducida en simultáneo por el portal referido.
Este proyecto denominado Tiempos de Transformación es impulsado por organizaciones internacionales aliadas entre ellas las Cosechas Colectivas de los Ningunes.
La Fundación suiza para la cooperación Swisscontact apadrina en Bolivia el proyecto «Producción Resiliente, Comercialización y Consumo de Cañahua y Tarwi», con el interés de mantener la herencia de los ancestros.
Fuente: Historias de Transformación
Redacción: Publiagro

