Diversidad de semillas a nivel mundial se encuentran en peligro de extinción

0
978

Un informe presentado por un canal de televisión alemán revela la gravedad del problema de las semillas, al punto de recalcar que el 75% de las plantas útiles ya han desaparecido. Sostiene el estudio que con el maíz, el arroz y el trigo se cubre una gran parte de las necesidades alimentarias en el mundo.

Un informe presentado por un canal de televisión alemán revela la gravedad del problema de las semillas, al punto de recalcar que el 75 por ciento de las plantas útiles ya han desaparecido. Sostiene el estudio que con el maíz, el arroz y el trigo se cubre una gran parte de las necesidades alimentarias en el mundo.

Las semillas nos aseguran el alimento del mañana; la diversidad de especies y sus genes nuestra supervivencia. Pero esa diversidad está amenazada, según lo refiere un interesante informe aparecido en el portal web de la agencia de noticias alemana DW.

El 75 por ciento de las plantas útiles ya han desaparecido. Por eso es cada vez más importante la conservación y el uso generalizado de variedades antiguas.

Resalta el estudio que en el planeta existe una gran variedad de plantas adaptadas a hábitat muy diferentes y son unas 400 mil especies las que habitan la tierra, aunque menos de una décima parte de ellas son comestibles.

«Con el maíz, el arroz y el trigo cubrimos más de nuestras necesidades alimentarias», refiere el reportaje.

Se considera en el estudio que las siembras de plantas se inició cuando los seres humanos se hicieron sedentarios y eso lo refleja el hecho de que hace unos 11 mil años los pobladores de Mesopotamia en el Oriente Medio comenzaron a cultivar cereales lol que permitió sentar las bases para unas 200 mil variedades de trigo.

La diversidad de cultivos y la variabilidad genética de cada especie aseguran la supervivencia humana y en ese sentido aseguran que mientras mayor sea la diversidad, menor será el riesgo de que el trigo, por ejemplo, desaparezca por completo de la tierra a causa de un solo patógeno o plaga.

Refiere que por esa causa los bancos de semillas son tan importantes. En San Petersburgo se creó el primer banco de semillas en 1894 y el de Kataseven es uno de los más ricos en especies de todo el mundo, al punto de que muchas semillas solo pueden encontrarse en ese sitio.

«En la actualidad existen grandes bancos de semillas a nivel global en los que se recogen semillas y muestras de plantas de variedades en regiones específicas».

Sostiene, no obstante, que en los campos la diversidad de semillas está en peligro, pues solo en el siglo pasado se perdió el 75 por ciento de las variedades de cultivos, según cálculos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

«Las razones de las pérdidas de las variedades de cultivos son muchas, aunque con la automatización de la agricultura cambiaron las necesidades de las plantas y ahora deben producir más y sobrevivir a la cosecha mecánica sin sufrir daños», enfatiza el informe publicado en el programa Global 3000.

No todo queda allí por cuanto se sostiene que el comercio mundial quiere frutas y hortalizas que puedan soportar largas rutas de transporte y muy pocas variedades cumplen esas expectativas.
Así consideran que en los supermercados la diversidad es engañosa por cuanto los tomates y los pepinos pueden parecer diferentes, pero genéticamente son muy similares.

En los años 70 se demostró lo peligrosa que es la genética, según lo manifiesta el informe, al detectarse que un virus había destruido una cuarta parte de las semillas de arroz asiático lo que refleja lo vulnerable que son esos cultivos.

Solo el cruce con una variedad silvestre resistente pudo evitar la propagación del virus.
Revela el estudio que durante miles de años los agricultores han cultivado sus propias semillas y también las han intercambiado para mejorar sus cosechas y desarrollar nuevas variedades.
«Desde hace varias décadas las empresas de semillas sacan al mercado cada vez menos variedades. En el caso de la col el 95% de las variedades conocidas ya han desaparecido».

Revelan que las empresas diseñan los cultivos y los aseguran mediante patentes y asi suministran a dos tercios del mercado mundial y lo hacen con variedades de las que los agricultores no pueden conseguir esas semillas que necesitan fertilizantes y pesticidas para crecer, pero cada vez son más las personas que apuestan por la diversidad de los cultivos y su propagación sin patentes.

Colocan como ejemplo que los miembros de la conocida Arca de Noé, en Austria, por ejemplo, recogen semillas de variedades tradicionales en peligro de extinción para reproducirlas y distribuirlas en una cadena de supermercados para venderlas en un lugar donde la variedad es de verdad.

Fuente: Publiagro