En un extenso pronunciamiento señalan que transgénicos «está redactado a medida del agroextractivismo, está en contradicción con la normativa vigente y va en contra de la vida, la salud, la alimentación de los bolivianos.


El proyecto de Ley a favor de los transgénicos «está redactado a medida del agroextractivismo, está en contradicción con la normativa vigente y va en contra de la vida, la salud, la alimentación de los bolivianos y la biodiversidad», sostienen los representantes de catorce diferentes organizaciones ambientales del país.
En un extenso boletín llegado a nuestra mesa de redacción se señala además que el proyecto de Ley afecta la biodiversidad que es la base del desarrollo nacional.
Los firmantes apuestan por la vida y exigen la aplicación del principio precautorio en todo lo que tenga que ver con los alimentos de la población.
El texto del pronunciamiento es el siguiente:
El actual gobierno maneja un doble discurso sobre los transgénicos y la seguridad y soberanía alimentaria. Ante la comunidad internacional muestra una imagen de defensa de la madre tierra y la soberanía de los pueblos, pero al momento de actuar su accionar es contradictorio y confuso.
En el mes de abril abrogó decretos que iban en pro de los transgénicos, acción que más de uno reconoció como acertada, sin embargo, días después se hace público un proyecto de ley a favor de los transgénicos. En este sentido, alzamos la voz de alerta y denunciamos esta acción que va en contra de los bolivianos.
El proyecto a tratar en el Art. 1º: Objeto de la ley, menciona que se quiere:
«…establecer el marco general, condiciones y mecanismos para lograr un nivel adecuado y eficiente de protección de la salud humana, sistemas de vida de la Madre Tierra, la diversidad biológica y la sanidad animal y vegetal…” para ello se quiere crear instancias institucionales de control “respecto a los posibles efectos adversos que pudiera ocasionar la realización de actividades con organismos genéticamente modificados que sean productos de la biotecnología moderna».
La mención de los posibles efectos adversos refleja la incertidumbre que existe sobre las actividades con los OGM y cuando existe incertidumbre, se establece el principio de precaución que se debe concretar en una moratoria (como lo tiene el Perú, por ejemplo). ¿Entonces por qué se pretende aprobar una Ley sobre la base de incertidumbres?


El gobierno sabe que los transgénicos ponen en riesgo la salud de la población, pues vienen asociados con el uso de agrotóxicos (como es el glifosato, el glufosinato de amonio, etc.), sabe que no mejoran la productividad de las semillas, ni mucho menos protege a la madre tierra ni la diversidad biológica, también conoce que permanentemente entran semillas de contrabando y pese a todo ello elabora este proyecto de Ley. El gobierno con esta medida construirá toda una institucionalidad burocrática para intentar controlar la introducción de transgénicos, cuando se sabe que actualmente el Estado no puede garantizar de manera eficiente la inocuidad de los alimentos en el país.
En Bolivia, tenemos evidencias de los efectos adversos con 17 años de soya transgénica que no mejoró el rendimiento de este cultivo y ha ocasionado: desertificación de los suelos, incremento del uso de agroquímicos en un 300%, ampliación de la frontera agrícola, ha promovido los chaqueos e incendios en la Chiquitanía el 2019 y el 2020, ha ocasionado el deterioro de la seguridad y soberanía alimentaria en el país. Además, de afectar la cantidad y calidad del agua en la región.
El gobierno abroga los decretos y los cambia por una ley que entra en contradicción con: la CPE, la Ley N° 300 de la Madre Tierra, la Ley N° 144 de Revolución Productiva, la Ley N° 3525 de fomento a la agricultura ecológica.
¿Para qué? Para abrir definitivamente las puertas a una tecnología obsoleta que pone en riesgo la salud pública, para beneficiar a un conglomerado de empresas transnacionales que pretende tener el total monopolio de las semillas (base de la vida misma).
Está claro que el gobierno de Luis Arce se mantiene subordinado al agroextractivismo y una prueba de ello es la visita de los representantes del agronegocio al presidente del MAS Evo Morales en la sede de los cocaleros en el Chapare, donde la agenda de la reunión fue sobre los transgénicos.
El mencionado proyecto es una mezcla de contradicciones porque pretende justificarse en el Convenio sobre Diversidad Biológica y el Protocolo de Cartagena cuyos contenidos apuntan a que los gobiernos que han suscrito los mismos y que tienen carácter vinculante, generen las condiciones para la conservación de la biodiversidad, los procesos de consulta pública, las moratorias, el principio precautorio, etc. Pero con la introducción de transgénicos mediante este proyecto de ley, se desconoce los compromisos que el Estado boliviano adquirió al suscribirse a dichos convenios.
Por todo ello, no tiene sentido pretender definir un marco institucional para regular todos los procesos de introducción, manipulación, producción, transporte, liberación, etc. de algo de lo que se tiene evidencia que es adverso para la salud pública, no mejora la productividad y contamina aguas y suelo porque viene asociado a un, cada vez mayor, uso de agrotóxicos.
Cita
«Está claro que el gobierno de Luis Arce se mantiene subordinado al agroextractivismo y una prueba de ello es la visita de los representantes del agronegocio al presidente del MAS Evo Morales en la sede de los cocaleros en el Chapare, donde la agenda de la reunión fue sobre los transgénicos».
Fuente: Publiagro

