El sector forestal tiene señales de recuperación tras 6 años de crisis

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Pese a la pandemia y tras seis años de crisis, el sector forestal comienza a recuperarse. En 2020 incrementó sus exportaciones en 11 por ciento y registró una balanza comercial positiva.

Sin embargo, aún requiere de medidas políticas como la reacción de un régimen impositivo especial que permita formalizar el comercio de madera y aumentar las exportaciones.

El año pasado, las ventas externas de productos de madera alcanzaron a 62 millones de dólares, en tanto la importación fue de 34 millones. El superávit comercial se registra por tercer año consecutivo, pero en 2020 la variación positiva fue mayor (Ver infografía).

“El año pasado no fue tan malo, pudimos exportar, teníamos productos acumulados. Si no hubiéramos tenido la pandemia, con seguridad hubiéramos alcanzado una cifra mayor, hubiera habido más movimiento de producción y más demanda externa”, dijo el gerente de la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), Jorge Ávila.

El sector exporta productos semielaborados y elaborados con madera como láminas, tableros alistonados y productos semiacabados de las especies tajibo, paquió, pipa, tarara, roble, cedro, morado, soto, curupaú y guayacán.

China es el principal mercado, pues acapara el 37 por ciento de las exportaciones. Le sigue Estados Unidos con el 21 por ciento y Francia con el 5 por ciento.

El departamento de Santa Cruz es el mayor exportador de productos en madera. En 2020 exportó 44 millones de dólares de los 62 millones obtenidos; le sigue La Paz con 7 millones, Cochabamba con 6 millones, Pando con 3 millones y Beni con 2 millones.

Producción.

Según Ávila, el país produce 1,3 millones de metros cúbicos de troncas, pero la demanda nacional es de 2,5 millones. Así surge la necesidad de importar.

De la cantidad de productos de madera elaborados en el país, sólo el 15 por ciento se exporta. De este modo, el sector genera 90 mil empleos directos con 15.030 unidades productivas.

Demandas.

El sector pide apoyo del Gobierno nacional para luchar contra el contrabando y requiere créditos blandos para los exportadores.

Una de las propuestas es crear un plan de desarrollo a ejecutarse en cinco años. Consiste en producir 5 millones de metros cúbicos de troncas para generar empleos y cubrir la demanda interna insatisfecha, además de exportar a mercados potenciales.

Según Ávila, el sector también requiere financiamiento para capital de operaciones y reconversión tecnológica. Asimismo, solicita políticas de plantaciones forestales.

El gerente de la CFB considera necesario crear el Régimen Unificado Forestal (RUF), un régimen impositivo especial para los operadores forestales comunitarios con características similares al Régimen Agropecuario Unificado (RAU).

De esta manera, se podría formalizar tributariamente el comercio de aproximadamente el 80 por ciento de la producción forestal del país. También piden desarrollar medidas de reducción de aranceles.

Madera ilegal

En 2020 también se intervino una importante cantidad de madera extraída de forma ilegal. Según datos presentados en la rendición pública de cuentas de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), el año pasado se decomisaron 3.147 metros cúbicos, de los cuales 3.143 son madera en troza.

El director nacional de la ABT, Omar Quiroga, informó a Radio Expresión de Santa Cruz que el combate a la extracción de madera ilegal es una tarea muy dura. Comparó esta actividad ilícita con el narcotráfico, ya que las personas buscan la manera de esquivar el control de las autoridades e incrementar la ilegalidad.

Quiroga dijo que, en 2020, a raíz de la inestabilidad económica, la ABT tuvo una reducción presupuestaria que incidió en un recorte de personal de campo dedicado al control, pero, señaló que planteará al Gobierno la otorgación de un mayor número de técnicos para la fiscalización.

Fuente: La Prensa