Así lo describe un interesante artículo del IICA en el que se puntualiza que la revolución agrícola digital es capaz de transformar al sector agropecuario y es clave para fortalecer los sistemas agroalimentarios.
En la investigación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura publicada a través de su portal web IICA.INT se establece que la extensión de esta iniciativa se extiende a pequeños agricultores y cooperativas que requieren de políticas públicas robustas para la formación de habilidades de las poblaciones rurales y así puedan aprovechar a fondo las ventajas que ofrece.
Esos fueron algunos de los consensos alcanzados en el foro “La digitalización de la agricultura como determinante para la transformación de los sistemas alimentarios: Una perspectiva desde las Américas”, que fue organizado por el IICA de cara a la Cumbre de Sistemas Alimentarios convocada por la ONU y que reunió cerca de un centenar de expertos.
“La agricultura digital fortalece los sistemas agroalimentarios y es importante que alcance a los agricultores más pequeños y que están rezagados, ya que casi un 70% de los habitantes rurales no tiene una conectividad adecuada y menos del 20% tiene alguna aptitud básica para el manejo de tecnologías digitales”, señaló en la apertura del foro el director general del IICA, Manuel Otero.
El titular del organismo internacional especializado en desarrollo agropecuario y rural recordó el potencial de la agricultura digital para reducir las brechas en materia de productividad y para incluir a jóvenes y mujeres rurales.
Se refirió a datos incluidos en recientes estudios elaborados por el IICA junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Microsoft, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Universidad de Oxford, que mostraron agudas carencias en materia de conectividad rural en América Latina y el Caribe y la necesidad de abordar el desarrollo de habilidades digitales.
El especialista del IICA en Agricultura Digital, Federico Bert explicó la importancia de la introducción de la digitalización en la producción agropecuaria, al tiempo que llamó la atención de que “todos los beneficios potenciales que tienen las tecnologías digitales aplicadas pueden facilitar la integración, pero cuidando en no generar exclusión y desigualdades”.
Bert destacó el papel de las tecnologías digitales en el incremento de los rendimientos agrícolas, el desarrollo sostenible, la articulación de las cadenas de suministro, así como para los trabajos de irrigación, trazabilidad y certificación, entre otros.
“La agricultura digital, en un sentido más general, puede facilitar la cooperación y el intercambio entre los agricultores, entre distintos actores de cadenas de valor, aportando a la promoción de medios de vida equitativos y a todas las plataformas para coordinar la cooperación”, afirmó.
A la hora de las conclusiones, el director de Cooperación Técnica del IICA, Federico Villarreal, resumió algunos de los aspectos tratados en los grupos de trabajo.
Entre otros, mencionó la necesidad de avanzar en la alfabetización digital, la inclusión de mujeres, jóvenes y comunidades de pueblos ancestrales, además del trabajo con las organizaciones de productores para ayudar al desarrollo de los dispositivos tecnológicos para el progreso de la agricultura digital.
Villarreal puntualizó que una comunicación precisa de la agricultura digital “es un elemento no menor para promover la digitalización de las cooperativas rurales, algo que apareció en reiteradas oportunidades en los debates y que consideramos fundamental”.
Las ventajas digitales
Los datos digitales y el Big Data, de acuerdo a los datos aportados por el portal EN.SIMAONLINE.COM se pueden encontrar en todas las plataformas de comercio electrónico, biotecnologías agrícolas, software de gestión agrícola, sensores e Internet de los objetos.
La agricultura de precisión ha sido promovida por el desarrollo del GPS, GNSS (Global Navigation Satellite System), imágenes aéreas de zánganos y la última generación de imágenes satelitales intemporales.
Estos permiten la creación de mapas que identifican la variabilidad espacial, como el rendimiento de los cultivos, las características del suelo, la estructura del suelo y la materia orgánica, la humedad y el contenido de nitrógeno….
La agricultura de precisión permite, por tanto, una agricultura a medida, posible gracias a herramientas que cuantifican la variabilidad espacial y temporal dentro de la parcela de muchos parámetros.
El mundo de la maquinaria agrícola está equipado con sensores a bordo (tractores, drones, robots, etc.) o sensores fijos en los sitios de producción para capturar y registrar la información que está centralizada en las herramientas informáticas de la granja. Gracias a la tecnología digital, los equipos agrícolas son cada vez más económicos, inteligentes y precisos.
“Todos los beneficios potenciales que tienen las tecnologías digitales aplicadas pueden facilitar la integración, pero cuidando en no generar exclusión y desigualdades”
-Federico Bert, especialista del IICA en Agricultura Digital.
Fuente: IICA