Estudian el impacto de la pérdida de bosque sobre el oso hormiguero

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Un equipo de investigación conformado por profesionales del INTA y la Universidad Humboldt de Berlín, Alemania, demostró que la ocupación de oso hormiguero gigante disminuyó drásticamente en las últimas décadas en el Gran Chaco argentino. La expansión agropecuaria contribuyó a estos declives poblacionales.

El oso hormiguero gigante, especie que se distribuye en América Central y del Sur, ha sido categorizada como “vulnerable” en la Lista Roja de los Mamíferos de Argentina y, a nivel global, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Un grupo de investigadores, colaborando desde Alemania y Argentina han publicado recientemente este estudio en la revista internacional Biodiversity and Conservation. “El Gran Chaco Americano es una de las ecorregiones más amenazadas del mundo debido a la expansión agropecuaria, al mismo tiempo que representa el límite sur en la distribución de esta especie”, señaló Asunción Semper-Pascual, quien lideró la publicación desde el laboratorio de Biogeografía de la Conservación de la Universidad Humboldt de Berlín –Alemania-.

Identificar las amenazas a la biodiversidad permite actuar con mayor eficacia para frenar los declives poblacionales o, incluso, evitar posibles extinciones. “Esto puede resultar difícil, sobre todo en áreas que parecen no estar transformadas, sin embargo, allí se observan declives poblacionales causados por efectos indirectos de la expansión agropecuaria” detalló la investigadora.

A través del estudio se pone en evidencia “el impacto de los cambios en el uso de la tierra sobre la biodiversidad”, reconoció Julieta Decarre, investigadora del Instituto de Recursos Biológicos (CIRN) del INTA y co-autora del estudio.

Si bien se sabe que la especie foco del análisis puede tolerar ciertos niveles de disturbio humano, la investigación sugiere que podría ser afectada por la pérdida de bosque más de lo que se suponía y que las consecuencias de la expansión agropecuaria podrían ser, incluso, más graves para aquellas especies que dependen exclusivamente del bosque para su supervivencia.

El impacto directo más importante de la expansión e intensificación de tierras productivas se produce a través de la pérdida y degradación de los ambientes que el oso hormiguero utiliza como hábitat para su alimentación, refugio y reproducción. Se consideran como impactos directos porque al alterarse o eliminarse esos hábitats, los individuos y las poblaciones desaparecen.

También se pueden dar efectos indirectos de la expansión agropecuaria, por ejemplo, al aumentar la superficie colindante entre bosques y campos productivos por causa de la fragmentación del paisaje. “El acceso al interior del bosque aumenta y se favorece en paisajes fragmentados. Esto lleva a un aumento de la cacería, de los incendios forestales o de los atropellos de fauna en rutas y caminos rurales, lo cual ejerce una gran presión sobre las especies”, explicó Julieta Decarre.

Fuente: INTA