No hay fecha definida para la segunda reunión sobre los precios de la soya

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Sin explicación clara fue suspendida la segunda convocatoria que estaba pautada para el anterior martes. Los sectores involucrados en la pugna deben llevar nuevas propuestas para lograr un acuerdo definitivo en la próxima asamblea que podría ser este viernes. 

Los diferentes sectores que están involucrados para encontrar una solución definitiva al impase planteado por la fijación de los precios de la soya no tienen una fecha definitiva para reanudar las conversaciones, tras el fracaso de la primera ronda de debates en dos mesas de trabajo realizadas en Santa Cruz.

Se pensaba que este martes se iban a reanudar las conversaciones, pero quedó postergada para una nueva fecha, aunque versiones indican que podría llevarse a efecto. Lo que se espera es que todos los sectores renueven las propuestas para lograr el humo blanco definitivo.

El jueves de la semana anterior los productores de soya, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural, representantes de las industrias oleaginosas, junto a voceros del sector agropecuario no lograron ponerse de acuerdo en lo referido a la banda de precios que regula el valor de la harina solvente de soya, tampoco en lo referido a los gastos de la logística para exportar la soya, tema que afecta a los productores del grano.

¿Seguirá la pugna?
Los representantes de Anapo, donde están afiliados las organizaciones de los soyeros, presentaron una propuesta referida a que la banda de precios se mantenga por este año solo para los pequeños productores pecuarios que compran hasta 10 toneladas mensuales y el resto de pecuarios deben adquirir la soya a precio de mercado de exportación. Esa alternativa fue rechazada.

Isidoro Barrientos, presidente de la Cámara de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), señaló que «mi sector pide resolver el problema cuanto antes, dado que llevan varias semanas en reuniones y sin resultados positivos».

Productores del grano también reclaman que los costos de la logística que aplican las industrias para pagarles el pago del grano de soya sea el precio justo.

Se sienten maltrechos al señalar que ese esquema los afecta en virtud a que reciben lo que les señala el industrial. Por ello, solicitaron al Gobierno que coloque una línea de pago que va de 0 a 80 dólares por tonelada por esos gastos que hacen las empresas y no como ha ocurrido en los últimos años en los cuales priva lo que dice el sector industrial.

Por su parte, los lecheros, avicultores y porcinocultores del occidente, solicitan que se mantenga la banda de precios con la cual logran un beneficio, pues el costo de la harina solvente de soya que ellos compran para sus animales es reducido casi a la mitad del precio de venta en la exportación.

Además, piden que se eliminen los cupos para las ventas que hacen las empresas.

Ahora el Gobierno tendrá la última palabra para dictaminar qué es lo que más le conviene a todos los sectores involucrados en la controversia. Lo que sí dejaron claro las autoridades gubernamentales es que la banda de precios se mantendrá porque es la única manera de que no afecte al consumidor boliviano.

Fuente: Publiagro