¿Cuál será el futuro de la agricultura luego de culminar la pandemia?

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El experto en agricultura del Banco Mundial, Michael Morris, considera que el sector agroalimentario tiene un papel muy importante en una recuperación económica sostenible de los países latinoamericanos, garantizando el suministro de alimentos, brindando empleo a millones de personas, aportando divisas extranjeras a países exportadores de alimentos.

Ser agricultor en Latinoamérica no es tarea fácil, más aún en tiempos de Covid-19. Aunque la región ha podido responder favorablemente a los desafíos de la actual pandemia, ¿cómo se avizora el futuro de los sistemas agroalimentarios en sus países?

Ser considerado el granero del mundo no es suficiente para afrontar una mayor demanda de una población en constante crecimiento, mantener la estabilidad de los precios, pero, sobre todo, hacerlo en equilibrio para resguardar la rica biodiversidad de la región.

Los sistemas agroalimentarios de Latinoamérica se enfrentan a numerosos desafíos para abastecer una población en constante crecimiento sin causar más daño a la biodiversidad y promoviendo modelos de desarrollo inclusivos

Michael Morris, experto en agricultura del Banco Mundial, presentó a otros de sus colegas un informe sobre los sistemas agroalimentarios de la región.

En esta entrevista, Morris presenta un panorama del sector y cómo se puede reimaginar la agricultura del futuro en América Latina y el Caribe.

¿Cuál es el panorama actual del sector agrícola en América Latina? ¿Cuáles son sus principales desafíos?

«Los sistemas agrícolas y alimentarios de América Latina y el Caribe son reconocidos, y con razón, como uno de los más exitosos del planeta. Han alimentado a una población en rápido crecimiento, han facilitado el desarrollo económico, permitido la urbanización, generando ingresos de exportación considerables, y contribuido a una reducción del hambre y la pobreza, en especial a unos veinte millones de hogares clasificados como pequeños productores o productores familiares».

Sostiene que, en el actual contexto de pandemia, están jugando un papel clave al asegurar un suministro muy oportuno de alimentos y estabilizar sus precios en los mercados mundiales.

De hecho, asegura que es la región es la mayor exportadora neta de alimentos en el mundo, es decir, exporta más alimentos de los que importa. Estas exportaciones ayudan a reducir y estabilizar los precios internacionales de los alimentos, beneficiando a consumidores de todo el mundo.

Sin embargo, a pesar de estos aportes, la imagen pública de los sistemas agrícolas y alimentarios latinoamericanos de ser dinámicos, productivos y eficientes refleja apenas una parte de una realidad más compleja.

Considera que, en muchos aspectos, estos sistemas tienen un bajo desempeño: han sido lentos para responder a los cambios en el entorno mundial, y muchos de ellos siguen dependiendo de métodos de producción centenarios anticuados, ineficientes y perjudiciales para las personas y el medio ambiente.

En este contexto de pandemia, ¿cuál es el papel de la agricultura con miras a una recuperación económica sostenible de América Latina?

«Si bien los efectos a gran escala de la pandemia aún no se conocen por completo, su impacto sobre la agricultura y alimentación en la región se está sintiendo de varias formas».

Afortunadamente, para este analista la producción primaria demostró tener una gran resiliencia, en el sentido de que la mayoría de los productores ha podido continuar sus operaciones. En cambio, sí se observan desafíos más arriba en la cadena productiva, a medida que el flujo de muchos productos alimenticios es alterado por restricciones al movimiento que provocan cuellos de botella en la distribución o bien que impiden el redireccionamiento de los flujos de alimentos luego del cierre de algunos sectores de la economía.

Afirma que no hay que poner en duda que el sector agroalimentario tiene un papel muy importante en una recuperación económica sostenible de los países, garantizando el suministro de alimentos en la región, brindando empleo a millones de personas, aportando divisas extranjeras a países exportadores de alimentos, mejorando la balanza comercial en países importadores de alimentos, y restableciendo los servicios ecosistémicos de los cuales depende el bienestar a largo plazo del planeta.

«La recuperación representa, de manera significativa, una oportunidad para volver a construir mejor y promover medidas integrales en el nexo donde confluyen la salud humana, animal y ambiental, los tres ejes interconectados del enfoque “Una Salud”.

Asegura que se deberán replantear los sistemas, las políticas y las instituciones durante la transición posterior a la COVID-19 para asegurar un panorama alimentario más limpio, verde e inclusivo y alimentos de calidad, seguros y más nutritivos.

Subraya para finalizar que «los puestos de trabajo y la transformación económica deben ser el centro de esta estrategia orientada hacia el futuro, una que se base en infraestructura resiliente y un capital humano fortalecido».

Fuente: Publiagro