La XXXVIII Asamblea General Ordinaria de Ganaderos lleva el nombre de este abnegado ganadero que dejó un gran legado en la región de Ichilo donde era el propietario de un gran emporio industrial como lo es la Lechería El Carmen. Hoy su esposa, sus hijos y amigos recuerdan con cariño su gran trayectoria.


Con el nombre de “Virgilio Rivero Soruco” fue bautizada la XXXVIII Asamblea General Ordinaria de Ganaderos, como un merecido homenaje a quien en vida fue un destacado productor ganadero y lechero en la provincia de Ichilo, en el departamento de Santa Cruz.
El primero de marzo de 1949 nació don Virgilio Rivero, un pionero que creció entre hombres y mujeres precursores que abrieron los surcos del desarrollo de su región.
Heredó el gusto por la lechería de sus padres con quienes desde niño trabajó en este rubro con trabajo y dedicación.
Don Virgilio, con el apoyo de su compañera de vida su esposa, la señora Emma Vaca Diez Saavedra, sacaron adelante la lechería El Carmen, un emprendimiento al que posteriormente se unirían sus hijos.
En 1986. en su región de la provincia Ichilo tan solo había ocho productores que se dedicaban al rubro lechero. En sus inicios como productor abastecía a la empresa lechera más grande de la región con 20 litros que entregaba diariamente tras recorrer unos 20 kilómetros que llevaba por caminos en mal estado. No era fácil, pero era el inicio de algo muy grande.
En l989 ya producían 390 litros de leche diarios y trabajando sin desmayar en 1993 empiezan a invertir en tecnología y la producción se elevó a mil litros de leche al día.
Para el 2015 ya tienen una transformación total en la factoría lechera al incorporar de forma plena la tecnología de punta que les permite producir ocho mil litros de leche diarios de la mejor calidad.
En 2019 la Lechería El Carmen genera numerosas fuentes de trabajo a las familias de la región. Además, amplían las construcciones y llegan más equipos para alcanzar un crecimiento inusitado en toda esa zona del departamento de Santa Cruz.
Continúan la constante adaptación a las exigencias tecnológicas con profesionales capacitados que aplican sus conocimientos y se llega en la actualidad a la producción de diez mil litros de leche diarios.
En el ámbito dirigencial y social, don Virgilio fue concejal de su municipio y presidente fundador de la Asociación de Lecheros de San Isidro en la década del 90. Además, fue un miembro muy activo de Fedeple, entre otras actividades.
Además de ser un hombre apasionado por la ganadería bovina de carne y leche también fue un gran porcicultor. Siempre apostó por el desarrollo de Santa Cruz y de Bolivia. Fue un hombre intrépido y de mucha visión como lo definen sus compañeros y amigos.
El 18 de septiembre de 2020, a la edad de 71 años, partió a la eternidad don Virgilio Rivero Soruco dejando un gran vació en los corazones de sus familiares y amigos, pero los cimientos de su legado siguen marcando huellas.




Un gran legado
«Don Virgilio dejó un gran legado, un buen trabajo y ahora se aprecian sus resultados y lo están llevando adelante ustedes en esta lechería que es una de las mejores que existen. Vemos que el apoyo y el emprendimiento familiar que están llevando ustedes para que sigan siendo unos buenos productores», afirmó el doctor Eduardo Cirbián Vaca Diez, presidente de Agalewar en un acto de homenaje a don Virgilio.
De igual forma, el ingeniero Walter Dener Ruiz Paz, vicepresidente de Fegasacruz, manifestó que en memoria de su legado de trabajo y por el gran aporte que realizó el sector ganadero y lechero de la región y del país el directorio ejecutivo de la Federación decidió darle el nombre a la Asamblea General Ordinaria de Ganaderos de don Virgilio Rivero Soruco como homenaje póstumo a su destacada labor ganadera.
«Resaltamos las cualidades la integridad y el compromiso al trabajo, así como la calidad humana manifestada en cada una de las acciones que realizó en vida el señor Virgilio Rivero Soruco», subrayó, tras hacer la entrega de una placa de reconocimiento a la sobresaliente labor desarrollada por don Virgilio.
El hijo del fallecido ganadero, José Andrés Rivero Vaca Diez, agradeció en nombre de la familia el recibir los reconocimientos póstumos para su progenitor.
«Sabemos el legado que nos dejó, sabemos su historia en la lechería por más de treinta años que estuvo trabajando, de hecho, vivió siempre aquí teniendo posibilidades de vivir en Santa Cruz, prefirió estar aquí para vigilar que no faltara nada y ese es el ejemplo que nos dejó a mí y a mis hermanos y es lo que hoy en día tratamos de seguir».
En un ambiente de la Lechería El Carmen, otro de sus hijos, Miguel Ángel Rivero Vaca Diez, afirmó que prácticamente se criaron al lado de él, junto a las vacas.
En el año 95 asumieron proyectos de mejorar genética y asumió realizar unos cursos de capacitación y ya para el año 96 comenzaron a realizar la inseminación artificial que es la que en la actualidad se puede apreciar en ese predio.
Precisó que viajaron a Brasil donde adquirieron una nueva tecnología que les permitió subir la producción lechera a 10 mil litros diarios.
«MI padre fue una persona muy organizada y muy visionario, pues le gustaban los nuevos emprendimientos y gracias a él comenzamos a salir un poco para traer los equipos que ahora dispone la lechería», resaltó.
Fuente: Publiagro

