Pecuarios cochabambinos reiteran que debe mantenerse la banda de precios en la harina de soya

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Representantes del sector avícola, lechero, porcinocultor afirmaron que la agroindustria oleaginosa los ha perjudicado desde el año 2020 vendiendoles la soya por encima del precio internacional y ahora lucharán para que el nuevo Decreto Supremo se mantenga vigente.

El tira y encoje por los precios de la harina de soya solvente que protagonizan la industria oleaginosa, el Gobierno nacional y los sectores pecuarios se mantiene más vigente que nunca.

Hoy los pecuarios cochabambinos accedieron a una entrevista en Publi Agro Noticias que se transmite por Facebook Live, para señalar que han sufrido demasiado con este tema y no darán un paso atrás para que se mantenga la decisión tomada por el Gobierno nacional al establecer mediante Decreto Supremo la banda de precios por la venta del grano al mercado interno.

Los dirigentes Héctor Cordero, presidente de FDA Cbaba, Mario Mercado, presidente del sector lechero, Edgar Sandoval, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores y Roxana Veizaga, presidente de ADEPOR Co.RS, todos de Cochabamba, dieron a conocer sus puntos de vista sobre el impasse plateado entre estos sectores.

Libertinaje comercial
Sandoval inició su participación para manifestar la preocupación que tiene todo el sector pecuario que representa por lo que considera se debe buscar una pronta solución, aunque antes señala la importancia de informarle a la población cuál es la problemática que está pasando.

Al respecto señala que la CADEX y la CANIOB fueron los proponentes ante el pasado Gobierno de Jeanine Añez del Decreto Supremo (DS) que concedió la libre exportación de la harina solvente de soya y sus derivados, pero afirma que no hubo el consenso necesario de todos los sectores para que ese Decreto fuese promulgado.

Considera que al saltarse ese paso, es decir sin contar con la aprobación de los afectados del sector pecuario, se promulgó el DS de libre exportación que llamó como un «libertinaje comercial».

«Apenas comenzó a funcionar el DS la industria aceitera se opuso, no le gustó cómo salió la redacción del mismo y finalmente el ministro de ese entonces dijo que ese no era un DS de libre exportación para que fuese admitido como un libertinaje comercial», reiteró el dirigente del sector avicultor.

Reafirma que si es libertinaje comercial porque los proponentes no respetaron el referido DS en ninguna de sus partes por lo que estima que allí la dificultad fue mayor ya que les tocó que pagar con sobreprecio la harina solvente de soya y sus derivados.

Para colmo, el abastecimiento lo encontraban mucho más caro en el mercado paralelo por lo que estima han pasado por muchas dificultades, ya que no querían atender al mercado interno.
Estima que jamás fueron atendidos con la suficiencia y permanencia que requiere el mercado interno.

Afirma que el 2020 fue un año muy duro para el sector no solo por la pandemia y el cambio de gobierno, sino por las decisiones que se tomaron, por cosas que no se debieron hacer en especial el descuidar el mercado interno.

Reitera que no se debe permitir que un grupo de industrias maneje a un sector que es el que produce o cosecha los granos y afirma que están generando insumos para la producción de alimentos, primordial para la seguridad alimentaria.

«La industria comenzó a observar y no cumplió, por cuanto salían tres resoluciones administrativas sobre los cereales y ninguna cumplió porque no le gusto a las oleaginosas. Finalmente, se publicaron los precios pero la industria no lo respetó».

Recordó que ellos propusieron el Decreto, no lo cumplieron y ahora quieren retroceder a la misma modalidad. «Lo más difícil y triste es que asegura están creando confrontaciones entre los bolivianos».

El tema de la banda de precios aseguró no tiene color político y mucho menos fue obra de algún presidente, simplemente se estableció, pero la industria no lo cumplió y los productores pecuarios terminaron pagando más que el precio que estaba fijado en el mercado internacional.

Señala que en el 2019 se logró establecer un precio de venta real más o menos estabilizado que se derrumbó con la aprobación en 2020 del DS del Gobierno anterior.

«Lamentablemente, la industria prefiere no atendernos cuando el precio no les conviene. Yo aseguro que si ellos pudiesen vendernos la soya a mil dólares la tonelada entonces si estarían dispuestos a hablar con los representantes del mercado interno», afirmó el dirigente.

Todo es culpa de la cobardía
Héctor Cordero, presidente de los avicultores de Cochabamba (FDA Cbaba) sostiene que debido a las cobardías es que se han presentado los actuales problemas generados por los representantes de la industria oleaginosa.

«Hemos trabajado desde lo mínimo tratando de entender a esas autoridades que no tenían conocimiento de esta materia, pues nos imponían ministros que no sabían nada del tema. Se hablaba de la seguridad alimentaria y estaba en un documento en un papel, pero era para cumplirlo y no se materializó»

Luego señala que se comenzó a realizar un trabajo laborioso, pero han llegado de nuevo a mantener los mismos problemas que más o menos se habían superado.

«Ahora gracias a la organización que tenemos en la actualidad sabemos cuánto es el consumo de pollo en Bolivia, cuándo podemos llevar adelante el tema de la planificación, pero con una visión clara que no perjudique a nadie, y que no sea aprovechada por los vividores que sacan provecho de esta situación».

Aseguró que no van a tolerar ahora más sobreprecios y ratifica que tendrán que devolverles los excesos que cancelaron a la agroindustria en 2020 por la venta de los insumos de soya.

Muchas bajas en las granjas
Roxana Veizaga, presidente de los porcinocultores de Cochabamba, informó que en su asociación se han presentado muchas bajas entre las que llamó madres a raíz de los altos precios de la harina de soya solvente, por cuanto no la podían adquirir y debían combinar con otros granos como el maíz y el sorgo, pero no es lo mismo porque muchos animales murieron.

En la Asociación que preside están inscritos 24 socios grandes que producen el 80% de la producción de su departamento. De ellos solo dos tienen el registro sanitario, la ADEPOR Cochabamba y la ADEPOR Co.RS que es de su propiedad.

Al referirse al precio que están comprando la harina solvente de soya dijo que la adquieren a 2053,20 Bs, la tonelada. Requieren en su granja unas 700 toneladas y eso es lo que les venden las aceiteras.

Los porcinocultores también alimentan sus animales además de la soya, con maíz, sorgo y en algunas épocas con afrecho.

Hizo hincapié, no obstante, en que la soya no se puede reemplazar con ningún otro producto. Sostiene la posibilidad de que se pueda reemplazar el maíz por el sorgo, pero la soya solvente no se puede.

Considera que están afectados cuando no se les puede dar la soya solvente como alimento a las porcinas y esos resultados los pueden apreciar luego de cuatro cinco meses, fecha en las que tienen muchas bajas que es lo que han padecido algunas granjas debido a los problemas que se han presentado.

Por ello, los productores acordaron que de ahora en adelante no rebajarán ni un grano de soya que sea necesario para el alimento de los porcinos.

Nos causaron un daño irreparable
Mario Mercado, presidente del sector lechero de Cochabamba, participó en la tertulia centrando su opinión en que la industria oleaginosa se aprovechó el año pasado del mercado interno para cobrar por encima del mercado internacional y eso asegura indigna a todo el sector pecuario del departamento.

«La industria oleaginosa está extorsionando a la población boliviana atentando y afectando contra la seguridad alimentaria y ocasionando un daño económico irreparable a la economía del país».

En cuanto a los precios de venta de la leche que producen sus vacas manifestó que esos costos de venta los tienen regulados con bandas de precios para la entrega a la industria láctea.

Sostiene que el Estado regula los precios de la leche o con productores primarios y considera que una alternativa para este Gobierno es hacer cumplir la normativa vigente que permitirá dar certidumbre al sector soyero.

Por ello también solicito de las autoridades que debe atender el caso de los lecheros en forma urgente.

«So pretexto de que existen bandas de precios y cupos, la industria está extorsionando a los productores del grano sin tomar en cuenta que la producción interna, es decir, el consumo interno de los derivados de la soya solo alcanza el 20% de la producción total, el 80% lo cancelan a los productores bolivianos muy por debajo del precio que deberían pagar a nivel internacional».

Sostuvo que los pecuarios les han ofrecido a los productores soyeros ayudarlos para que manejen mejor sus precios, no obstante, afirma que ANAPO rechaza esa ayuda, aunque no tiene la capacidad de sacar mejores márgenes de utilidad para sus socios.

Afirma que la posición de ANAPO no solo es ineficiente, sino que es atentatoria porque busca que entren en conflictos dos sectores productivos, en vez de ponerle las clavijas a una industria que lo único que busca es su interés personal y económico sobre los otros.

Manifestó que la ANAPO siempre ha manifestado que ellos subvencionan a los pecuarios con la venta de la soya, pero esa afirmación la rechazó de plano.

«Es completamente falso que las aceiteras nos estén subvencionando. La industria nos entrega en forma tardía y les paga mal a los productores soyeros, anteponiendo sus intereses particulares sobre toda la cadena productiva», dijo en forma tajante.

Fuente: Publiagro