El productor Julio Ulloa considera que el precio del pollo que es introducido en forma ilegal desde el país argentino es muy bajo y por ello tienen en una dificil situación económica al punto de estimar que un 33% de los productores no podrán seguir en ese sector.


Tarija es un departamento en el que la producción avícola es parte fundamental para el desarrollo, sin embargo, el contrabando que llega desde Argentina no cesa, y esta difícil condición mantiene a numerosos productores en una situación muy incómoda, según refirió Julio Ulloa, gerente y propietario de la empresa Rico Pollo.
En entrevista concedida a PubliAgro Noticias, que se transmite diariamente por la plataforma de Facebook Live, el productor refiere que es la primera vez en la historia pecuaria del país en que se aprecia que la carne de pollo esté llegando de contrabando desde Argentina.
El entrevistado reconoce que es muy común que se aprecie ese delito en rubros como vinos, enlatados, conservas, lácteos, harinas y otros que llegan de diferentes países vecinos en condición irregular, pero nunca se había visto en el sector avícola.
«Esta crisis que tenemos es producto de la devaluación de la moneda en Argentina y por esa razón no somos competitivos, porque nuestra moneda tiene un cambio fijo respecto al dólar», refiere el entrevistado.
Fronteras agresivas
Precisa que Bolivia, como región, posee tres fronteras y estima que es algo lamentable por cuanto son fronteras extremadamente agresivas.
Citó que Bolivia posee Pocitos por la parte del Chaco en Yacuiba, también está Villazón en el sur de Potosí y en la zona intermedia está la frontera con Bermejo que va con Aguas Blancas.
«Esto indica que son tres frentes en los cuales nuestro departamento tiene mucha relación con Argentina. Nunca nos imaginamos que nuestro producto final llegará a mínimos por debajo de los costos de producción y así es imposible poder competir», recalca.
El mercado boliviano es muy pequeño y por ello se estima que cualquier introducción de volúmenes mayores llegados de Argentina hacen vulnerable los precios del pollo boliviano y por eso se ataca directamente al productor nacional.
A ello se agrega la mano de obra, el cacareado tema de los granos de soya y por ende el efecto multiplicador va disminuyendo.
Recalca que esa es la gran preocupación que tiene el sector avícola tarijeño y por ende la Asociación que preside Fabián Romero se ha dirigido al Senasag, pero entiende que es imposible hacer un ejército para detener el contrabando.
Además, precisa que la crisis sanitaria y social también coopera con el problema, porque entiende que la población recurre a costos más bajos para ahorrar y esos obviamente provienen del contrabando.
Existe un desequilibrio en esta situación y considera que están lidiando con el problema, aunque califica que los números son muy rojos para el sector avícola de la región.
Para colmo señala que ya en Santa Cruz, uno de los departamentos que más adquiere el pollo tarijeño, existe ya una sobreoferta y por si fuera poco si en el oriente boliviano se producen lluvias gigantes, en el sur lo que llegan son huracanes y eso también afecta la producción.
«Y ahora se viene el alza del precio de los granos no solo de la soya sino del maíz que ha subido demasiado, en parte producto de las inundaciones que se han presentado en los sembradíos cruceños».
Al referirse a las dificultades para que los pecuarios adquieran el grano de soya de las aceiteras no tiene reparos en afirmar que lo que sucede en Santa Cruz con ese problema, en Tarija se multiplica por diez y además se debe incluir los costos del transporte.
En efecto, considera que el departamento cruceño tiene una gran ventaja, por cuanto allá pueden comprar la soya a un determinado precio, pero en Tarija la tonelada tiene un costo de 30 a 40 dólares más por tonelada por los costos del transporte.
A ese problema se suma el que no hay derivado de harina de soya y esto es un aumento para comprar ese rubro. A ello se suma el registro de la granja para que les venden los cupos.
Afirma que se les está complicando el tema y ruega a los santos para que estos inconvenientes se puedan superar con la finalidad de paliar lo que llama el abastecimiento interno, que considera fundamental cuando se toca el tema de la seguridad alimentaria.
Cree firmemente que se debe asegurar el mercado interno y que sea competitivo. El costo de la torta de soya solvente quedó cerrado entre 297 a 300 dólares la tonelada a lo que se le debe agregar los 35 a 40 dólares por transporte.


«Ojalá esto se pueda normalizar porque se viene el maíz, el contrabando, el desabastecimiento de soya y lamentablemente como agropecuarios dependemos de la naturaleza y estas no son materias sustituibles a mediano plazo».
¿A cómo está llegando el pollo de contrabando a los mercados del departamento y cómo lo venden los productores tarijeños?
«Los costos de producción de la carne de pollo para la región está entre los 7.80 a 8 bolivianos por kilo. En Tarija, empezando la primera quincena de enero el pollo se estaba vendiendo en 7 Bs. porque no tenemos mercado (compradores)».
Al referirse al pollo que entra de contrabando está con muy bajo valor. Por ello considera que el sector se ha mantenido a medias, pero cree que por lo menos un 33% difícilmente podrá seguir en el negocio, tendrá que abandonar.
Explicó que luego de la segunda quincena de enero el precio del pollo se ha normalizado entre 10 a 10.50 Bs por kilo que apenas cubre el costo y una mínima utilidad, pero los productores que han perdido todo meses atrás, han quedado prácticamente en cero.
Y las barreras no se detienen, ya que, aunque los polleros esperan que el precio del kilo pueda aumentar esta quincena se enfrentan a la elevación del precio del grano de maíz, uno de los alimentos básicos para el sector avícola.
Con todos esos aumentos reitera no pueden ser competitivos con los precios del contrabando de Argentina.
Han solicitado la liberación de los aranceles para la importación de granos desde Argentina, pero no han logrado nada con la presente administración del país.
Por esta razón tienen que apelar a importaciones legales o ilegales que les ayudan a equilibrar un poco el costo de producción.
Posible desabastecimiento
Reitera que nadie entrará a trabajar a pérdida, por ello que cree que el productor tendrá que decidir trabajar a riesgo una vez más, aunque lo más factible es que no lo haga y por ende se puede presentar un desabastecimiento de carne de pollo nacional en Bolivia.
Estima que lamentablemente ni el Senasag ni otras instituciones cuentan con las herramientas y el personal capacitado y suficiente para frenar un poco el contrabando no solo de pollo, sino de carne bovina, lácteos, y muchos otros artículos, entre ellos vinos y licores, uvas, frutas. Por esa razón se sienten asediados por el contrabando y todo ello derivado de la diferencia de precios.
«Tienen que llegar políticas de Estado que sean mucho más contundentes para mantener el control. Se ha creado un comité de lucha contra el contrabando, pero está funcionando a medias porque todavía no están trabajando al cien por ciento».
No se cruzaran de brazos
El entrevistado, no obstante, señala que no se quedarán de brazos cruzados y por ello buscarán mejorar las infraestructuras, eficiencia productiva y tendrán que aplicar algo que considera lamentable como es la reducción de personal entre otras alternativas.
Esperarán por las nuevas autoridades que salgan de las elecciones para alcaldes y gobernadores a los fines de que quienes salgan electos les presten la colaboración.
Para finalizar considera lamentable que los suelos de Tarija no se prestan para el cultivo de la soya, sorgo o maíz, lo que hubiese sido una tabla de salvación y por ende tienen que seguir con la traída de otras regiones de estos rubros que son insustituibles para la alimentación de las aves y de todo el sector pecuario de la región.
Fuente: Publiagro

