La subida de las materias primas pone a la ganadería contra las cuerdas

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Los piensos suponen entre el 60% y el 70% de los costes de producción.

Durante los últimos meses, los precios de las principales materias primas para la alimentación animal en los mercados mundiales han experimentado un incremento espectacular, con subidas entre un 20% y un 50%. A pesar del alza discreta de las cotizaciones en origen de la producción nacional de los cereales, los precios medios de los piensos al ganadero han registrado incrementos entre un 12% y un 14% según el empleo de unas u otras materias primas. Los más elevados se han registrado en la avicultura por el mayor uso de soja y maíz con subidas en el entorno del 15% y menos en vacuno o porcino, con una media del 10%. El gasto en piensos supone entre un 60% y un 70% de los costes de producción.

Esta situación de costes, denuncian los sectores ganaderos, se suma a los problemas soportados en los últimos meses por la pandemia, con precios bajos y caída de la demanda y, finalmente, por la estrategia de precios de oferta que han lanzado los grandes grupos de la distribución, por lo que aventuran el cierre de explotaciones.

Desde los fabricantes de piensos, su director general, Jorge de Saja considera que el actual escenario ha sido el resultado de la combinación de diferentes factores, como la mayor demanda china, la existencia de stocks cortos y las medidas adoptadas por diferentes países, como Argentina o Rusia, limitando ventas en el exterior o aplicando aranceles a la exportación. En medios del sector, la subida de los precios de las materias prima en los mercados exteriores se asocia fundamentalmente a las actuaciones especulativas de los fondos de inversión. En el caso de China, se esperan unas importaciones récord de soja con 100 millones de toneladas que suponen un 30% de la producción mundial y 20 millones de toneladas de maíz consecuencia de su estrategia para recuperar la cabaña de porcino diezmada en los dos últimos años por la peste porcina africana. El resultado de todo ello ha sido un incremento medio de los precios de la soja en un 50%, pasando de 350 a 495 euros tonelada, del 40% en el maíz, que ha subido de los 175 a los 248 euros por tonelada, o del 29% en los trigos blandos de 195 a 252 euros. La colza escala casi un 46%, de 230 a 335 euros, el girasol casi un 53% y la cebada un 26%.

España cuenta con una de las cabañas ganaderas más importantes de la Unión Europea y una producción media de cereales de unos 23 millones de toneladas. En la campaña 2019, con una cosecha de 27 millones de toneladas, la producción fue de cuatro millones de toneladas de maíz, siete millones de toneladas de trigo blando y 12 millones de toneladas de cebada, frente a una demanda solo para alimentación animal de 26 millones de toneladas. Esta situación significa que la industria tiene una fuerte dependencia externa de materias primas para la fabricación de piensos que, en una campaña con cosecha corta como la de 2019, llegó a una importación solo de cereales de 17 millones de toneladas, nueve de maíz y 5,4 de trigo blando, a las que se sumaron otros casi seis millones de toneladas de soja.

El sector ganadero espera que la situación se reconduzca con buenas cosechas de maíz y soja en Brasil y Argentina y con aumento de siembras en Estados Unidos. Caso contrario, el sector teme una fuerte reducción de explotaciones y de censos, sobre todo en la avicultura de puesta. Este subsector tiene 1.000 granjas y una producción de más de mil millones de docenas de huevos, que se suman a las 5.500 explotaciones dedicadas a la cría de pollos y otras especies con una producción de 1,7 millones de toneladas de carne.

Fuente: El País de España