Sé inteligente si quieres modificar equipo agrícola

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La práctica de modificar maquinara agrícola para que cumpla específicamente con las condiciones de la agricultura no es algo nuevo; pero a medida que la mano de obra y otros recursos escasean aún más o se vuelven más costosos, algunos agricultores de cultivos de especialidad están adoptando cada vez más esta práctica como una estrategia de supervivencia, o para ganarle a la competencia.

Las empresas con operaciones más grandes y sus propios departamentos de ingeniería pueden tener el presupuesto para colaborar con los fabricantes y construir equipo elaborado específicamente para trabajar con sus cultivos individuales y condiciones de trabajo; sin embargo, la mayoría de los agricultores tienen por lo regular opciones muy diferentes: personalizar el equipo por su cuenta, vender la tierra a una empresa grande para sembrar, o verse obligados a cerrar.

Dada la importancia de la situación, American Vegetable Grower, revista hermana de Productores de Hortalizas, se puso en contacto recientemente con varios fabricantes, agricultores y agentes de extensión, para evaluar las repercusiones de modificar la maquinaria agrícola. Esto es lo que aprendimos:

¿Qué tan común es la modificación de la maquinaria?

Los fabricantes de maquinaria agrícola diseñan, en su mayoría, equipos para el mercado agrícola en general, dejando los requisitos específicos del agricultor para pedidos específicos de maquinaria. Cuando el presupuesto del agricultor no puede justificar un pedido personalizado, entonces él se encarga de modificar su propio equipo.

El equipo que más se modifica incluye accesorios e implementos de labranza, capas de cama y abono, equipo de siembra, disolventes de cultivo, equipo de cosecha, rociadores y estructuras que se agregan a los tractores.

A medida que el equipo se vuelve más complejo, las modificaciones serán menos frecuentes, comenta Nick Copass, gerente de ventas de la división de fabricación de Keithly-Williams.

Las modificaciones son mecánicas por lo regular, dice Copass. “Si cortas alguna pieza, siempre puedes volver a soldarla”, agrega. Pero si tratas de modificar un dispositivo electrónico o de alta tecnología, puedes destruir los tableros de circuitos. “Esos son costosos, y no están cubiertos por la garantía”, advierte.

A medida que la industria avance, se van a hacer menos modificaciones, predice Copass.

Todos los expertos consultados están de acuerdo en que modificar la maquinaria puede ser lógico a corto plazo, pero esta práctica no está exenta de algunos riesgos para el agricultor.

“Acabo de hablar con un agricultor [al respecto]“, dice Vonny Barlow, un entomólogo residente de California. “La modificación de los equipos aumenta los costos (aunque no tanto como comprar los equipos dedicados), y los agricultores se deben asegurar que el equipo modificado se pueda limpiar para la certificación sanitaria. El equipo que puede manipular el jurado es poco confiable”.

Otra inquietud es que en el momento en que se modifica un equipo, todas las garantías quedan anuladas; aunque es posible que esto de entrada no preocupe a los agricultores. 

“¿A quién le interesa la garantía si la máquina no está funcionando como tú quieres?” comenta un fabricante que solicitó el anonimato. “Las garantías son como los políticos, son de doble cara”.

Sin embargo, más allá de las garantías, los agricultores están enfrentando serios problemas; desde equipos de bajo rendimiento, pasando por cultivos dañados, hasta posibles problemas de seguridad para los operadores.

También hay riesgos para el fabricante. Por un lado, las modificaciones pueden generar clientes insatisfechos, dice Reid Hamre de Yanmar America. “Estamos tratando de cumplir con nuestras obligaciones (y defendiendo el valor de la marca) para los distribuidores y clientes finales del equipo que ha sido modificado, para adaptarse a los usos no previstos o anticipados durante los procesos de ingeniería, desarrollo de productos y procesos de fabricación”, comentó.

Dado que muchos agricultores compran equipo usado para mantener sus costos bajos, Mike Miller, vicepresidente de mercadotecnia de Oxbo International, está preocupado por los siguientes usuarios del equipo, ya que pueden estar expuestos a riesgos de seguridad sin conocer la historia por adelantado. “Las piezas de repuesto no se ajustan, y la culpa es del fabricante”, afirmó. 

¿Cómo pueden los agricultores pequeños obtener un equipo personalizado más económico?

El primer paso para obtener lo que se necesita en equipo es solicitarlo. Como en muchos otros aspectos de la agricultura, o en cualquier otro negocio, la colaboración entre los participantes es la clave.

La colaboración entre agricultores y fabricantes es benéfica para todos, afirma Copass. Tener a ambas partes en la configuración del grupo ayuda a identificar las prácticas que van a funcionar mejor, lo que los agricultores quieren lograr y las tecnologías que les van a funcionar en el futuro.

Dicho esto, puede haber algo de tensión, comenta Miller. Las soluciones de equipos y tecnología de mecanización se tratan con frecuencia como “ventajas competitivas o secretos comerciales debido al valor que éstas crean”, afirma. Por lo tanto, en su opinión, las posibilidades de que las frutas de dicha interacción se compartan entre los agricultores parecen ser escasas por el momento. Otras soluciones que se están desarrollando dependen más de la escala y de los problemas específicos de los cultivos.

Copass explica que un problema común entre los agricultores de lechuga es la necesidad de adelgazar el cultivo. Un fabricante con el que labora Keithly-Williams trabaja en el desarrollo de soluciones personalizadas, Agmechtronix, ha diseñado un adelgazante automatizado que hará el trabajo de entre 35 y 40 trabajadores de campo que se necesitan en la actualidad para adelgazar el cultivo de un campo de 2,000 acres (809.37 hectáreas), lo que reduce considerablemente los costos de mano de obra.

Esto es muy bueno para operaciones grandes, pero ¿y para los pequeños agricultores? “Existen empresas, como la nuestra, que están instituyendo un programa adelgazante”, afirma Copass. “Compramos un adelgazante con fines de demostración, así como para hacer trabajos personalizados para los pequeños agricultores, para que tengan ahorros en cuanto a mano de obra, y no tengan que comprar el equipo”.

Los agricultores pueden pedir al fabricante o distribuidor del equipo con el que cuentan que los presente con otros fabricantes que puedan crear soluciones compatibles con las que ya tienen, comenta Copass. “Somos un puente entre el agricultor y el fabricante, y estamos tratando de hacerlos coincidir”, explicó.  “Estamos en medio o a la cabeza de esa colaboración, tratando de unir al agricultor y al fabricante. Nos hemos convertido en el sistema de apoyo de ambos”.

¿Qué esperar en el futuro?

Con todos los avances en ingeniería y fabricación, y las habilidades individuales de los agricultores, la cosecha mecánica de muchos cultivos de especialidad aún está evolucionando. Los desarrollos en agricultura tardan mucho tiempo, y, excepto por algunos usuarios pioneros, los agricultores por lo general no están muy dispuestos a implementar nuevas tecnologías.

Si bien las nuevas generaciones de agricultores están aceptando los avances y cambios tecnológicos a un ritmo más rápido, Copass comenta que muchos otros en la siguiente generación no quieren trabajar en el campo. Vamos a ver una migración desde la agricultura tradicional, afirma.

A medida que sigamos enfrentando problemas importantes relacionados con los costos de mano de obra, disponibilidad de recursos y la presión para aumentar la producción de alimentos; la tecnología tendrá que encargarse de reducir la disparidad. Sin embargo, la tecnología, sus desarrolladores y adoptantes, y la forma en que estos colaboran, vendrán en todas las formas y tamaños, al igual que los cultivos de especialidad que iniciaron este desafío en primer lugar.

Fuente: Agroalimentando