En el alto paceño el fenómeno natural llegó en forma inesperada para arrasar con todas las plantaciones. Los productores no se explican cómo llegó la bajada de temperatura en noviembre.


Unas 450 hectáreas de papas, habas, arvejas, alfalfa y cebolla se perdieron por completo en el cantón Villa Concepción de Belén, en el municipio de Patacamaya, a 95 kilómetros de La Paz por una inesperada y fuerte helada que cayó en forma inesperada en el altiplano paceño.
Productores agropecuarios de cuatro comunidades quedaron prácticamente en la ruina ante el fenómeno natural que llegó cuando nadie lo esperaba. Los comuneros estiman que el termómetro descendió hasta los siete grados bajo cero, aproximadamente.
En el altiplano paceño las heladas llegan en junio y julio, para despedir el invierno, porque después la tierra debe ser preparada para la siembra de septiembre, por eso las familias de las comunidades Villa Concepción Belén, San Martín, Viscachani y Chiarmani quedaron sorprendidas esta semana por el fenómeno natural.
“Cuando el cielo está celeste y viene acompañado de un ventarrón, es señal de que habrá helada y eso fue lo que ocurrió”, afirmó Esteban Tola, comunero de la zona.
En las cuatro zonas viven unos 300 productores y al menos unas 6.000 personas se dedican a la actividad agrícola.
Simona Guarachi, que este año fue posesionada como agente de cargo, una especie de meteoróloga rural, instruye a los lugareños “a atizar paja y lo que se pueda para espantar la helada, pero este año ni eso nos pudo salvar”, cuenta.


La producción de papa, cebolla, zanahorias, arvejas, habas y hasta acelgas llega a los abastos de la ciudad de El Alto, otros venden sus productos también en La Paz. Los rubros son muy apreciados porque son regados con aguas de la cumbre no contaminados.
A principios de octubre cayó una primera helada, aunque no tan fuerte, porque los pequeños plantines de arvejas, habas y alfalfa resistieron, pero ahora la segunda helada fue fatal. Los sembradíos están secos, el suelo se parte en dos por la falta de humedad.
“En esta época ya tenían que estar verdes todos los terrenos para las primeras cosechas de enero, pero ahora lo hemos perdido todo”, se lamenta Catalina Huarayo, otra comunera.
A cada paso en Villa Concepción se puede apreciar cómo las bajas temperaturas terminaron por voltear a los plantines de habas, arvejas, cebollas y hasta zanahorias, en algunos casos.
“Esto ya no se puede salvar, solo nos quedará arrancarlos para darles de comer a las ovejas”, afirma el agricultor Antonio Ticona, que hasta ahora no puede creer cómo llegó la helada en noviembre.
Si bien esos plantines servirán de alimento a las ovejas, las preocupaciones no terminan para los patacamayeños. “No habrá forraje el próximo año, porque la alfalfa se quemó”, afirma Lucia Guarachi, quien reza para que no retorne la helada.
Además, tiene listo el fósforo para prender fuego y espantar al fenómeno y si hay una amenaza de granizo, prenderá petardos para también ahuyentarlo.
En el altiplano paceño se cree que cuanto más fuerte es el estruendo del petardo, los rayos con los que viene el granizo se escaparán, pero no siempre es así.
Fuente: Publiagro

