De tres millones de toneladas de carne que se exportó en 2019, este año ya llega a las casi diez mil de toneladas. Aseguró que están dadas las condiciones para triplicar la producción agropecuaria de aquí al 2025, pero deben trabajar unidos tanto el sector público como el privado.


La quinua, girasol, alcohol etílico, carne bovina, palmito, azúcar, café y cacao incrementaron sus valores de exportación, de acuerdo al balance presentado por el gerente del IBCE, Gary Rodríguez, en relación al comercio exterior al tercer trimestre de 2020 y las perspectivas de la economía que registró un récord en exportación de carne bovina y biocombustibles.
Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) señaló que este incremento obedece al volumen que se ha producido en los referidos productos mencionados, sin embargo, en el resto de la economía la situación ha caído notoriamente.
En el caso de los productos agrícolas y pecuarios destacó el rubro de la carne bovina y la colocó como un ejemplo de lo que se debe hacer para apostar, no ya por los recursos extractivos y no renovables, que nos hacen tan dependientes de los vaivenes de los precios internacionales como es el caso del petróleo que marca la cotización del gas o de los minerales.
Para el experto se puede exportar una media docena de minerales a una media docena de países, pero si hay recesión en el mundo, se cae la cotización y se presentan los problemas en la balanza comercial.
Se preguntó ¿qué pasa si tenemos cientos de productos en un rubro no tradicional como efectivamente ocurre? Al respecto se respondió que hay un ejemplo que debería marcar la pauta entre los sectores público y privado y ese es el caso de la carne bovina.
«La carne bovina ha marcado ya, hasta el mes de septiembre, un hito o récord histórico al triplicar las exportaciones que teníamos el año pasado que estaban en cerca de tres mil toneladas aumentó ahora a un poquito menos de diez mil toneladas».
Así de 13 millones de dólares que el año pasado se recaudaron por concepto de exportación de carne bovina subió a 42 millones de dólares hasta el mes de septiembre de este año.
Se preguntó de nuevo ¿cómo se logró esto? para responderse que todo obedece a un esfuerzo público y privado.
«Por una parte los ganaderos y los frigoríficos han invertido recursos para poder calificar en un mercado tan exigente como lo es el de China y el Gobierno, en su momento, negoció el protocolo sanitario que hoy día nos habilita para que ese mercado chino sea el destinatario del 80% de las ventas», recalcó el ejecutivo.
Aseguró además que exportar carne bovina significa exportar valor agregado. «Ya no es exportar el grano de soya, sino que eso es transformado en un insumo de alimento balanceado para que se alimenten los animales y podamos exportar los cortes seleccionados».
Al respecto enfatiza que cuando se exporta significa que han cubierto plenamente las necesidades internas del país. Cree que en esta situación de crisis por la recesión y la crisis es que se puede salir adelante.
Reiteró que con un trabajo sinérgico de los sectores público y privado donde el Gobierno ofrezca las garantías y la seguridad jurídica y garantice también los mercados en los que se pueda vender, tanto en el interno como en el externo y prodiga las políticas para la sanidad, se abre a Bolivia el mercado más grande del mundo como lo es el de China.
Enfatiza que el sector empresarial debe invertir para mejorar en la genética, mejorar los frigoríficos y así se podrá hacer realidad el impulso de las ventas.
Rodríguez señala que se necesita una inversión de capital, por lo que considera que el apoyo del Estado es necesario, ya que estima que, así como se les dio un apoyo a las familias para aumentar sus finanzas (bono contra el hambre), el sector privado productivo también lo requiere con créditos.
«Deberíamos volver al escenario del 2013 al 2015 cuando los pequeños y grandes productores del agro se sentaron con las máximas autoridades del Gobierno en el Foro Agroindustrial Productivo denominado Más Inversión, Más Empleo y luego en abril de 2015 en la Cumbre Agropecuaria llamada Sembrando Bolivia, donde hubo 50 representantes del pacto de la unidad y 50 del sector agro productivo».
Consideró que en esa ocasión todos estaban de acuerdo en que el empresariado invertiría 13 mil millones de dólares, distribuido en 10 mil millones para la producción básica y tres mil millones en agroindustria, todo con la finalidad de triplicar la producción de los 15 millones de toneladas que se tenían al 2013 y llegar a 45 millones de toneladas en 2025, cuando se esté celebrando el Bicentenario. Ese era el acople de la agenda agroproductiva.


Por ello sostuvo que esa agenda debe ser reactivada, ya que desde el 2013 al 2019 se ha avanzado se tiene una producción en Bolivia de 20 millones de toneladas, pero si se invierte capital y hay marcado interés entre todos los sectores, se aumentará.
«Con toda seguridad si se llevan adelante estos planes al 2015 estaremos celebrando la meta planteada de triplicar la producción agrícola y además podremos multiplicar por seis veces la agro exportación con lo que el país no dependería de minerales, de hidrocarburos y estaríamos generando un millón de nuevos empleos para los bolivianos».
Rodríguez sostiene que los empresarios están dispuestos a invertir, pero para ello exigen tres condiciones: seguridad jurídica, que no haya avasallamientos a los predios productivos que la inversión en el agro esté garantizada.
La segunda condición que mencionó el expositor es la seguridad de mercado, para que no haya restricciones o prohibiciones a las exportaciones, que se pueda vender en el mercado interno a precios realistas.
La tercera condición que expuso se refiere a las buenas políticas, es decir que las políticas públicas que vayan a acompañar el esfuerzo y una de ellas tenía que ver con la biotecnología para mejorar el rendimiento del agro, hacer más económicas las inversiones, provocar más inversión y también el biocombustible.
«Existe el precedente, están las notas de trabajo y solo queda comenzar a avanzar en estas políticas», aseguró.
Sobre la soya refirió que es la proteína vegetal por excelencia en el mundo y al respecto manifestó que no se quiere exportar la torta de la soya, la harina, sino la carne de res, de cerdo, pollo y también pescado, lo cual significa exportar valor agregado.
Señala que, igualmente, están los otros cultivos como el maíz. «Producimos hoy tres toneladas por hectárea, pero en otros países están produciendo el doble o más. Si, por ejemplo, una parte del maíz lo dedicamos para producir bioetanol no se gastarían divisas en importar gasolina fósil».
También con esa rebaja en las importaciones de combustibles se beneficiarían otros rubros agrícolas como la quinua, el sésamo al igual que las frutas.
Lo negativo en la economía
El expositor presentó la parte negativa de la economía boliviana señalando que al de septiembre las exportaciones bolivianas han caído en 1.935 millones de dólares, mientras que las importaciones disminuyeron en $2.413 millones, de acuerdo a los datos oficiales.
Rodríguez en su balance resaltó que se produjo un saldo negativo en la balanza comercial de 141 millones de dólares y es la sexta sesión consecutiva en la que se presenta un desbalance en el comercio exterior.
Al hacer un repaso de los diferentes sectores de la economía boliviana dijo que en su mayoría han disminuido en su desempeño, por ejemplo, en el caso de los hidrocarburos cayó en un 41% en términos de valor y un 40% en términos de volumen.
Los minerales disminuyeron un 23% de su valor, pese a que en relación a su volumen se incrementó un 5%. En lo que respecta a las exportaciones no tradicionales cayeron en un 9% en valor y 15% disminuyeron en volumen completando así el negro panorama, que a su juicio debe cambiar con buenas políticas económicas como las que señaló con anterioridad.
«Tenemos la necesidad de reactivar la economía, tenemos la tierra, la gente y están los mercados por lo que solo nos queda ponernos a trabajar», dijo para culminar con marcado optimismo.
Fuente: Publiagro

