Infelizmente tenemos aún gente torpe que desmonta dejando eriales tras de sí por el mal manejo de las pasturas y las malas prácticas agrícolas, hay aún grandes y pequeños (en superficie) “agropecuarios” que le prenden fuego a los pastizales y bosques con la cantaleta del desarrollo agropecuario dando así argumentos para que los activistas pseudoambientalistas anónimos aumenten su influencia contra la producción agrícola de todo el país, especialmente contra la agroindustria cruceña. El futuro y el avance en la productividad deben girar alrededor del cambio de mentalidad del productor, por lo que es imperativo ampliar sus conocimientos tecnológicos que junto a su experiencia puede resultar en una ecuación muy positiva y de la que actualmente usufructúan ya muchos agricultores y ganaderos inteligentes.
El aumento de la productividad de los cultivos, la ganadería, los bosques debe tornarse como una cuestión de estrategia regional y nacional para ampliar la seguridad no solo alimentaria sino nutricional y el desarrollo económico de la región y dejar de ser el país tranca, el país lastre; el circulo vicioso debe ser convertido en círculo virtuoso ofreciendo alimentos de calidad en carbohidratos, proteínas, aceites, grasas, colágenos, además de fibras y energía suficientes para satisfacer nuestras necesidades y de parte de la humanidad. Al dinamismo emprendedor del agricultor cruceño se supieron combinar los conocimientos y experiencias de agricultores de otras latitudes aprovechando las muy estrechas y restrictivas oportunidades permitidas para la exportación, pagando además un espantoso precio por la inseguridad jurídica.
Una buena parte del campo cruceño puede ser cultivado y aprovechado con al menos dos cultivos al año en algunos casos hasta tres; producir de forma intensiva y resiliente se debe convertir en la meta de la agricultura de la región y el país, sin embargo la exagerada cantidad de agroquímicos usados en el modelo actual ya no funciona. Si continuamos así se incrementaran aún más los problemas con la resistencia de malezas, insectos y enfermedades, la salinidad de los suelos, además de las complicaciones relacionadas con la contaminación en general y la residualidad de químicos en los alimentos. En términos de estrategia debemos empezar a recuperar áreas deterioradas antropizadas (barbechos) en la zona central y amazonica, pasturas degradadas en la chiquitania y el chaco, debemos incluir el concepto de máxima responsabilidad en las actividades agropecuarias ya que con solo el uso de OGM’s, (al contrario de lo que creen muchos), no se solucionaran los problemas del agro cruceño. Con la adopción de la biotecnología en la agricultura se involucra una producción más eco-amigable y respetuosa con el ambiente, en la medida en la que se reduce e incluso en algunos casos se elimina el uso de químicos y tóxicos que afectan a la salud ambiental. ¿Adivinan quienes se oponen al uso de la biotecnología? Modelos y sistemas productivos cada vez más sustentables son diseñados para la utilización racional de recursos como el agua, el suelo y la energía a través de la reutilización de subproductos de la propia industria agroalimentaria y la disminución de emisiones de elementos tóxicos a la atmosfera.
Es posible una producción más eficiente con un valor añadido cada vez más alto en términos de calidad, resistencia y durabilidad, lo que supone un aumento de la rentabilidad económica. Íntimamente unido a estos aspectos se hace obligatoria la fijación simbiótica de nitrógeno, la diversificación de cultivos, la siembra directa, la rotación de cultivos, la intensificación de plantaciones forestales, la recuperación de pasturas degradadas, el tratamiento de deyecciones animales entre otras. Estos y otros aspectos en el desarrollo agrícola deben ser soldados a la innovación biotecnológica que avanza a buen paso en el desarrollo de iniciativas derivadas de la inteligencia humana. Nuevos compuestos naturales con potentes propiedades biosanitarias que refuerzan los cultivos ante los ataques de plagas, hongos, bacterias e incluso virus, como en el caso de los productos biodefensivos, forrajes enriquecidos con nutrientes funcionales derivados de microorganismos, vacunas para animales incluidas en las pasturas o biofertilizantes capaces de notables incrementos de la producción agrícola que reducen e incluso eliminan la necesidad de la utilización de químicos, entre otros avances.
Estamos por perder el tren de desarrollar una actividad rural basada en criterios científicos, sociales, ambientales y económicos. Es la hora de montar y desarrollar un vigoroso modelo agroambiental en base a criterios racionales. La Agricultura de Bajo Carbono, la integración de las actividades de la agricultura, la pecuaria y la forestería son las tres vertientes de la sostenibilidad: la social, la económica y la ambiental. Debemos desarrollar un planteamiento estratégico en este sentido. Es hora de montarse en la ola del desarrollo agrícola, pecuario y forestal racional, no solo numéricamente sino cualitativamente en base a elementos científicos, ambientales y socioeconómicos que contemple la proyección regional, nacional e internacional de las necesidades en alimentos, fibras, energía, materias primas en sistemas de producción razonablemente sólidos, claros, rigurosamente agroambientales y técnicamente inatacables por la ignorancia irracional nacional y los intereses de ciertos grupos tanto internos como externos. Tenemos todo lo necesario en el escenario local para generar empleos de calidad, riqueza y renta para nuestro pueblo si privilegiamos los órganos de investigación y extensión o transferencia de tecnología para apoyar a profesionalizar en este sentido el sector rural. El paso hacia una agricultura sostenible requiere de un fuerte apoyo a la investigación, la enseñanza, la educación aspectos aún muy deficientes en nuestro sistema universitario.
En realidad no hay pequeños o grandes agricultores, como tampoco hay pequeños o grandes dentistas, pequeños pilotos, pequeños arquitectos, el espacio físico en el que ejercen sus profesiones tiene poco que ver con la calidad de sus trabajos. Todos trabajan para dar un sentido a sus vidas hacer el bien a su comunidad y a la humanidad en general. La discriminación del agricultor por la superficie que cultiva debe ser superada ya que un agricultor bien instruido y preparado con cinco hectáreas puede ser mucho más productivo, rentable y producir más riqueza que uno grosero e ignorante de 500 o más hectáreas. Debemos desarrollar un mecanismo entre público y privado para la formación de agricultores profesionales, y empresas o instituciones de transferencia de tecnología. Crear trabajo y desarrollar un sistema productivo rural integrado es invertir en la defensa del país, pues la mejor arma es la seguridad alimentaria y nutricional. Con justicia y sin hambre es más fácil lograr una sociedad en paz.
No es una cuestión sencilla, no basta con comunicar la verdad, la mentira y la inquina persiste e insiste porque de por medio hay dinero, mucho dinero. Hay mucha ignorancia pero también intereses políticos, empresariales para mantenernos en una especie de limbo y rezago tecnológico, pero la adopción de OGM´s nos exige mucha responsabilidad y mínimamente la implementación paralela de las medidas citadas. El oriente boliviano ha superado otras duras pruebas de manera que sin lugar a dudas superará esta realineación del modelo que hasta ahora fue exitoso pero precisa urgentemente de un retoque.