Orgánicos y transgénicos pueden coexistir, solo hay que apuntar a la capacitación del productor

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Publiagro Noticias entrevistó a una Biotecnología medioambiental, quien afirma que estos sistemas de producción pueden coexistir, pero enfatiza en que hay que darle las reglas claras al productor. Además, nos informa que existen otras herramientas tecnológicas al margen de transgénicos, para poder encontrar soluciones a los problemas del productor.

Es posible la convivencia entre los dos sistemas de producción orgánico y transgénico, así lo afirmó la biotecnóloga medioambientalista Cecilia Gonzales quien además cree que hay que apuntar a la capacitación responsable del productor haciendo gestión de bioseguridad.

“En el caso de regionalizarse el maíz amarillo que es usado en Santa Cruz y Tarija para uso industrial o alimento de animales, se tiene que tomar todas las medidas de la tecnología, es decir mantener una cierta distancia con el vecino que quiera seguir produciendo maíz convencional, mantener la disincronía del tiempo, lo que quiere decir que mi vecino que siembra maíz convencional siembre el día uno, entonces tengo que esperar unos 20 días para sembrar mi maíz con tecnología y eso es algo que los productores en Santa Cruz han empezado a hacer porque ya no es un secreto que esta tecnología ha ingresado al país de manera ilegal y algunos productores conocen la manera de usarlo, pero lastimosamente hay otros que no conocen las reglas del juego y ahí es donde entra verdaderamente la preocupación y por eso hay que ordenar las cosas en casa, hay que capacitar al productor”

La experta señala que no se debe dejar solo al productor frente a las nuevas tecnologías y que se debe hacer una fuerte trilogía entre el estado, sector público-privado y las universidades.

“Definitivamente no es solo darle la tecnología y ver que hacen, hay que hacer lo que se llama la gestión de bioseguridad y justamente las autoridades nacionales, departamentales y municipales puedan participar, hay que hablar con la universidad para las capacitaciones y el sector privado trabajar de forma más proactiva. Se debe lograr que los productores que quieran usar esta tecnología, estén debidamente informados y sean capacitados con cierta periodicidad porque la semilla no les resuelve todos sus problemas, hay que monitorear suelo, plagas, buenas prácticas agrícolas como sistemas de alerta, manejo integrado de plagas, constante capacitación y el productor tiene que estar al día”, recomienda.

Una de las formas de capacitar al productor es enseñándole a diferenciar los usos de esta tecnología en los diferentes cultivos para no cometer errores como ocurrió en otros países como Argentina, donde se tuvo que educar al productor para que utilice la tecnología del maíz BT que resiste al ataque de insectos, con las cortinas de amortiguamiento.

“La transgénesis definitivamente tiene un manual de funciones por separado, es decir que una soya resistente a glifosato no tiene las mismas funciones que un maíz resistente al ataque de insectos, son tecnologías distintas que tienen sus reglas del juego distintas también, las cuales deben ser comunicadas apropiadamente y el productor que vaya a adoptar esta tecnología tiene que estar consciente de cuáles son las reglas que debe aplicar”.

La investigadora considera que no se debe cerrar las puertas a las nuevas tecnologías, que el uso debe ser libre para el productor y que más bien la utilización de la biotecnología debe servir para recuperar genes de variedades criollas que se están perdiendo.

“ A los productores de los valles altos, de La Paz no se les obliga a usar esta tecnología y además el tipo de maíz que se produce en esta zona es completamente distinto al maíz amarillo, al contrario estamos viendo que existen muchas variedades criollas no solo de maíz, también de papa que se están perdiendo porque ya no son usadas y ahí más bien estamos perdiendo riqueza genética, ahí surge la segunda alternativa de poder usar la biotecnología para recuperar esos genes, incluirlos en las variedades comerciales y poder de alguna manera, fomentar la conservación de las variedades que tenemos”.

Fuente: Publiagro