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En Bolivia existen más de 800 mil unidades productivas, de estas, al menos 700.600 pertenecen a la agricultura familiar, que a la vez representa a dos millones de pequeños productores.
En ese marco, la Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (Cioec BOLIVIA), Asociación Boliviana de Chefs y Confederación Nacional de Mujeres Trabajadores por Cuenta Propia, Gremiales y Comercio Minorista (CNMTPCP GCM) firmaron un convenio interinstitucional con el propósito de impulsar el desarrollo rural y urbano a partir de la articulación de toda la cadena alimentaria.
Según el presidente de Cioec Bolivia, René Rojas Velasco, esta tarea se realizará desde la producción, transformación, comercialización y consumo, como herramienta que articula la agricultura familiar y también para reactivar la economía nacional post COVID–19.
El compromiso de estas instituciones tiene el objetivo de reactivar la economía nacional poscoronavirus e implementar en los nueve departamentos del país supermercados de la agricultura familiar.
Otra línea trazada es coordinar a escala nacional, regional e internacional, ferias y seminarios para promocionar alimentos altamente nutritivos que curan y previenen enfermedades, artesanía, cultura, turismo y gastronomía.
“También trataremos de diversificar el consumo de las familias bolivianas a través de los chefs. Por ejemplo, si bien las amas de casa conocen la quinua y preparan una deliciosa sopa, deben tener conocimiento de todas sus virtudes y ampliar su cocina preparando muchos otros alimentos con quinua”, explicó.
Existen muchos productos exóticos que no solo son nutritivos, sino que también curan enfermedades, como es el caso del airampo, que se utiliza en los países andinos para calmar la fiebre y preparar helados, pero ese producto, que es una semilla roja, tiene muchas más bondades y crece en los lugares pedregosos, especialmente en los cerros rocosos aledaños a la ciudad de Oruro.
También está el camote, isaño, oca, papalisa, racacha, walusa, achiote, chirimoya, copazú, tarwi, tunta, caya, chuño y muchos más, cada uno con bondades distintas y valiosas.
“Muchos de estos productos están siendo investigados por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para mostrar no solo las cualidades nutritivas, sino las curativas, históricas y antropológicas», sostuvo.
Rojas indicó que los productores de la agricultura familiar, chefs, comerciantes minoristas y otros sectores deben comprometerse y mantenerse unidos ante cualquier instancia para reactivar la economía nacional tras la pandemia y para impulsar los supermercados de la agricultura familiar en toda Bolivia.
“Esto permitirá el fortalecimiento desde la parte productiva, los mercados de la agricultura familiar, la comercialización directa de esta a través de las comerciantes minoristas, hasta llegar a la tiendita del barrio, a la canchita y lugares más vulnerables, pero con precio justo”, aseguró Rojas.
Fuente: Bolivia