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Las empresas industrializadoras de este alimento básico redujeron las compras, los problemas de transitabilidad y la suspensión del desayuno escolar afectaron sus ventas.
A causa de que las empresas industrializadoras adoptaron estrategias para reducir la compra de la leche a sus productores, estos optaron por producir queso, pero que tampoco pueden venderlo en la mayoría de los casos, por lo que, en el caso de los que viven en San Lorenzo, optaron por donarla a familias de barrios y comunidades que las necesitan.
Según datos del Censo Lechero realizado en 2018, en el departamento de Tarija se produce 44.933 litros diarios de leche, de los cuales el 65 por ciento es en 21 comunidades de San Lorenzo, el 15 por ciento en 12 de Padcaya, el 12 por ciento en 13 de Cercado y un ocho por ciento en 13 comunidades de Uriondo.
Pérdidas
El presidente de los lecheros de la comunidad de San Pedro en San Lorenzo, Omar Méndez, contó que a raíz de la cuarentena impuesta para evitar el contagio del Covid – 19 las diferentes empresas como Lacteosbol – ahora Empresa Boliviana de Alimentos (EBA) – que se encuentra en la provincia Méndez, Pil y Prolac en Tarija, adoptaron acciones para evitar pérdidas.
Por ejemplo, dijo, ellos entregan su producto a Lacteosbol, cada familia otorgaba entre 100 y 300 litros diarios, pero actualmente redujeron el cupo a solo 50, por lo que a muchos les sobra bastante, esa empresa tiene problemas para sacarla al exterior del país y tampoco puede contar con el desayuno escolar porque paralizaron las clases.
Una de las consecuencias es que los lecheros contratan a familias de manera mensual, por lo que la ganancia por el cupo asignado no les alcanza para los sueldos ni para la alimentación del ganado. Por otra parte, las otras empresas bajaron el precio del litro de leche, que era 3,80 bolivianos ahora lo compran entre 2,50 y 2 bolivianos.
Son unas 145 familias productoras afectadas, con el resto que les queda optaron por hacer queso, pero que no pueden venderlo fácilmente, incluso redujeron el precio a entre 15 y 20 bolivianos el kilo. Por estas razones optaron por regalar el excedente de la leche a familias de barrios y comunidades que los necesitan, “donarles por lo menos un litrito a cada una de ellas”.
Otro problema con el que tropiezan es cuando llevan sus productos a Tarija, si logran vender todo hasta le medio día, los camiones retornan vacíos y los encargados del controlar el tránsito vehicular los retienen, por esa razón muchos no van por que tiene miedo a ser pasibles a las multas y entonces optar por quedarse a vender en San Lorenzo.
Por su parte, el veterinario y productor lechero de la comunidad Rancho Sur, Helio Mancilla, recordó que la producción en Tarija siempre tuvo un problema, es cara porque los terrenos son pequeños y son aptos para el pastoreo del ganado vacuno, a diferencia de Santa Cruz o Cochabamba.
Entonces deben optar por cortar y picar el alimento, que suele consistir en maíz, alfa alfa y llevarlo a donde se encuentran las vacas, lo que supone el uso de maquinaria, vehículos, lo que encarece la producción.
Otro problema es que hace dos a tres años la Pil, que empezó a sufrir la competencia de la leche de contrabando proveniente de la Argentina, entonces, se redujeron sus ventas y decidió adquirir la leche solo los días hábiles y ya no sábados, domingos y feriados.
“Prolac, Pil, Lacteosbol efectivamente han disminuido la compra, un lechero que produce 300 litros por día, que no le reciban dos, le es una pérdida, por lo que lo transforma en queso, tampoco hay el desayuno escolar, no pagan a las empresas y es una ficha de dominó que afecta a todos”, agregó.
Entretanto, el presidente de la Federación Departamental de Productores de Leche de Tarija (Fedepelt), Leonardo Barrón Llanos, contó que la organización integra a unas 1.000 familias dedicadas a esta actividad y con la cuarentena impuesta el primer problema que tuvieron es la transitabilidad.
Son conscientes – dijo – que en el marco de la declaratoria de medidas sanitarias como la cuarentena, se deben reforzar las medidas para evitar la propagación del contagio del coronavirus, pero que su labor también es garantizar la provisión de alimentos, en este caso la leche como producto básico y sus derivados de la canasta familiar con total soberanía, a nivel departamental.
Apuntó que el cierre del tránsito provoca el desabastecimiento de los insumos que requieren por lo que se encuentran abocados a resolver este tema unto las instituciones como la Gobernación, Policía, Ejército y acopiar el suficiente alimento para el ganado en silos para lo que resta del año ya que se avecina el estiaje. “Tenemos que garantizar la cadena productiva y el abastecimiento”, subrayó.
Fuente: Periódico El País Tarija