Bolivia y Perú asumieron el reto de promover la producción y consumo del tarwi y la cañahua como alimentos sanos y nutritivos, además de ser considerados patrimonio resiliente de los Andes.
La resiliencia es entendida como la capacidad para enfrentar los impactos del cambio climático, como lluvias más fuertes, heladas frecuentes, variación de temperaturas, presencia de plagas.
A este emprendimiento se suma otro orientado a incentivar el cultivo de la papa. Ambos fueron ganadores de la convocatoria Euroclima+ de la Unión Europea.
Respaldo institucional
La iniciativa, presentada el 10 de marzo en el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, en La Paz, cuenta con el apoyo de varias instituciones gubernamentales y entidades de la cooperación internacional, entre ellas el Centro Internacional de la Papa, la Fundación Suiza de Cooperación para el Desarrollo Técnico (Swisscontact) y la Unión Europea (UE).
En el evento, el embajador de la UE en Bolivia, León de la Torre, exhortó a las autoridades municipales a incorporar los alimentos milenarios en el subsidio de lactancia universal y en la alimentación complementaria escolar. “Esperamos importantes impactos en la alimentación saludable”, dijo, según informó Swisscontact en un comunicado de prensa.
Son 1.200 familias agricultoras —300 peruanas y 900 bolivianas— que tienen el reto de ampliar la superficie de estos cultivos, mejorar su producción con buenas prácticas agrícolas e innovar en los circuitos de comercialización para un consumo consciente en los siguientes dos años.
La apuesta de anzaldo
La propuesta ya es un objetivo del alcalde del municipio cochabambino de Anzaldo, Rubén Uriona, quien este año pretende incluir derivados del tarwi —como galletas— en el desayuno escolar.
“Se ha visto que el tarwi es una alternativa muy importante para la región porque se adapta a nuestros terrenos, resiste las heladas y otras situaciones adversas de la agricultura”, sostuvo Uriona.
Por ahora, en esa región de Cochabamba solo cosechan entre 20 y 30 quintales de tarwi al año desde que iniciaron el cultivo de este producto de forma experimental hace 10 años.
En Bolivia, algunos restaurantes ya ofrecen en su menú alternativas para que la gente se anime a consumir el tarwi y la cañahua, como sucedió antes con la quinua.
El chef Miguel Ángel Fernández García, propietario del restaurante Mi Chola, prepara zumo, jugos y croquetas a base de cañahua y kanka de charque acompañado de tarwi, además de postres que incluyen estos dos productos entre sus ingredientes.
“En el restaurante intentamos realzar el producto boliviano con técnicas de vanguardia. Tienen buen sabor y poco a poco están entrando en el mercado. Tenemos que conocer más de nuestro patrimonio alimentario”, recomendó el chef.
Por su parte, María Goyzueta, que llegó de la región peruana de Yunguyo en representación de la Asociación Chuyma Aru, destacó que el tarwi permite elaborar ensaladas, caldos, galletas, tortas. Aseguró que es un alimento que puede reemplazar a la carne.
En 2016, Goyzueta obtuvo la distinción Rocoto de Oro en la Feria Internacional Gastronómica Mistura que se realiza en Lima.
Fuente: Periódico Bolivia