La producción de arroz cubre casi el 85% de la demanda; en el caso del trigo, sólo se cubre el 30% de lo que el país necesita.
El trigo y el arroz no fueron incluidos entre los productos beneficiados con la liberación de exportaciones por el Decreto Supremo 4139, promulgado el pasado 22 de enero por la presidenta Jeanine Añez.
De acuerdo con la disposición adicional segunda de la norma, se modifica la lista de productos con suspensión temporal de exportación incluida en el anexo 2 del Decreto Supremo 29460 del 27 de febrero de 2008, por una nueva lista en la cual sólo están incluidos el arroz y el trigo, tanto para su consumo y conversión, como para las semillas.
Los productos incorporados en el anexo 2, que fueron retirados de la lista por el nuevo decreto son los animales de especie bovina, la carne de res, la carne de pollo, el maíz, el sorgo, el aceite de soya y girasol, y el azúcar.
Según datos de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) y de la Federación Nacional de Cooperativas Arroceras (Fenca) en 2018 -el dato más reciente- la producción nacional de arroz llegó 237 mil toneladas, mientras que la demanda alcanzó 350 mil toneladas por año.
Esto quiere decir que la producción cubre casi el 85% de la demanda. El volumen restante es importado en mayor medida de Argentina, Brasil y Paraguay.
Bolivia no exporta arroz desde 2013; la última vez que comercializó el grano blanco despachó 1.442 toneladas por un millón de dólares, mientras que del arroz partido se enviaron 383 toneladas por un valor de 78.000 dólares.
En el caso del trigo, en la campaña 2018 su producción alcanzó las 170 mil toneladas, mientras que la demanda nacional llegó a 700 mil toneladas, es decir que la producción sólo cubre casi el 30% de la demanda. El resto es importado de Argentina.
La soya y sus derivados
Los primeros productos en beneficiarse de la liberación de las exportaciones son la soya y sus derivados de la industria oleaginosa, como la harina de soya, el aceite crudo y refinado, y la torta de soya, entre otros.
“Los primeros productos en exportarse serán los del complejo oleaginoso, pero eso no significa que antes no se exportaba, sino que se seguirán exportando porque son de los principales productos de exportación no tradicional del país”, manifestó en una entrevista anterior el gerente general de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), Marcelo Olguín.
El ejecutivo agregó que las exportaciones de grano de soya y sus derivados (torta, harina, aceite crudo y aceite refinado) son más regulares y se despachan de forma ininterrumpida, por lo que con la nueva norma emitida por el Gobierno se espera que no se tenga discontinuidad en la exportación y que el ritmo de ventas se incremente.
Fuente: Periódico Página Siete