Los indígenas del Gran Chaco en este año lograron posicionar dos actividades que ahora buscan den réditos económicos; son la producción de miel y la elaboración de harina de algarrobo. En el primer caso se trabajó con apicultores guaraníes de Villa Montes, mientras que el segundo se llevó a cabo con los wheenhayek en Yacuiba.
Estos emprendimientos fueron llevados a cabo con el apoyo del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), una Organización No Gubernamental que apoya actividades productivas enmarcadas en el aprovechamiento y la comercialización, sostuvo el responsable de la oficina regional de la entidad en Villa Montes, Milton Borda Gutiérrez.
Apicultura
En el caso de la apicultura, desde hace dos años se conformó una asociación que al momento integra unos 70 productores guaraníes y se denomina “Ei Ikavi” que quiere decir “Buena Miel”, fue desarrollada con cinco comunidades del sector de Villa Montes, con el apoyo financiero de la cooperación de Holanda.
Ellos recibieron capacitación para mejorar las cantidades y calidad de la miel, para el centro de acopio recibieron la colaboración de la Subgobernación de ese municipio que aportó con la adecuación de la infraestructura siguiendo las recomendaciones de Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag).
“Se coordinó con la Subgobernación para la implementación y adecuación de dos centros de acopio y comercialización que se encuentran en las comunidades de Chimeo y Tahiguatí, la venta inició oficialmente inició el 6 de noviembre porque ya se habían reunido 800 kilos de miel y se encuentran a disposición del público”.
Harina
Respecto al algarrobo, el proceso llevó un poco más de tiempo, inició hace cinco años con actividades de recuperación y repoblamiento de la especie porque se encontraba expuesta a la depredación de los animales y con tendencia a perderse, entonces el programa consistió en su protección a través de cerramientos perimetrales de los cultivos.
Posteriormente se pasó a la etapa de aprovechamiento del fruto del algarrobo, se trabajó con familias wheenhayek en dos comunidades piloto, Bella Esperanza en Villa Montes y Tres Moras en el municipio de Yacuiba, ambas dentro del Territorio Comunitario de Origen de ese pueblo indígena.
Ahora se inició el aprovechamiento del fruto y la obtención de la harina del algarrobo, esto con la coordinación de instituciones de Argentina que tienen grandes avances en el tema, en la región de Formosa.
Borda agregó que para darle un valor agregado también iniciaron actividades de repostería con esa harina para elaborar una variedad de masas, galletas, panetones, alfajores y otros alimentos más, además del consumo del algarrobo como endulzante en bebidas como la leche.
Indígenas y las nuevas tecnologías
Otra de las líneas de trabajo que realiza el Cerdet con las comunidades indígenas es brindarles nuevas tecnologías para el aprovechamiento del agua, que es un elemento preponderante en la región del Chaco. Por esta razón se implementó en una comunidad wheenhayek un proyecto piloto que consiste en obtener agua de lluvia para el consumo humano.
Con este fin se construyó un cisterna de placas y bombas manuales para la extracción del agua, así el líquido elemento se mantiene seguro y limpio, Milton Borda apuntó que las familias indígenas de Lapachal no tenían este líquido elemento y la única manera de conseguirla era de las cisternas.
Por esta razón se implementó una infraestructura con techo de calamina para captar el agua de lluvia, que después cae a una cisterna que está bajo la tierra. De allí, con ayuda de bombas de agua caseras, extraen el agua. Ese tanque tiene una capacidad de 16.000 litros y puede abastecer a toda la comunidad.
Fuente: Periódico El País Tarija