Actualmente el 80% de los ingresos de las familias en la Amazonía de Bolivia depende de la castaña, sin embargo, pese a los pocos proyectos y políticas específicas para el asaí, detallan los investigadores, anualmente los pobladores de las regiones mencionadas llegan a recolectar y producir entre mil y dos mil toneladas de este producto.
Recientemente se llevó adelante un estudio sobre la producción de asaí en la Amazonía boliviana a través del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) regional Norte Amazónico, mismo que establece la necesidad de potenciar este rubro dado sus manejos sostenibles y de conservación de los bosques.
“Este es un producto totalmente natural que crece en bosques de Pando, La Paz, Beni y Santa Cruz. Tiene valores muy importantes y si se potencia este rubro podría incluso generar ingresos diez veces mayores que la castaña”, establece el investigador y biólogo Vincent A. Vos, que junto a Carlos A. Tonore Freitas y Eduardo Aviana Menacho encaminaron esta investigación.
Actualmente el 80% de los ingresos de las familias en la Amazonía de Bolivia depende de la castaña, sin embargo, pese a los pocos proyectos y políticas específicas para el asaí, detallan los investigadores, anualmente los pobladores de las regiones mencionadas llegan a recolectar y producir entre mil y dos mil toneladas de este producto que ya ha generado mayor demanda y valor a nivel mundial.
El mercado mundial del fruto de asaí está en rápido crecimiento, con un consumo cada vez más amplio en los Estados Unidos, Europa y Asia. Esta popularidad está estrechamente ligada a los beneficios nutritivos y para la salud. Es un excelente energizante, rico en vitaminas, grasos saturados, fibras y proteínas, pero sobre destaca por su alto contenido de antocianina, un antioxidante que neutraliza los radicales libres, los cuales atacan el sistema inmunológico y aceleran el proceso de envejecimiento.
Además el asaí encaja perfectamente en las tendencias del comercio mundial, con consumidores cada vez más conscientes que buscan alimentos naturales que les ayudan mejorar su salud, o que ofrecen “beneficios sociales” como contribuir a la conservación de la Amazonía o al desarrollo de comunidades rurales.
“Se puede sacar de la pobreza a la gente con este producto y hay claros ejemplos de familias que muestran que sí es posible dedicarse a esto y generar buenos ingresos. Así que con la aprobación de algunos decretos y normas en relación a las frutas amazónicas nos da la esperanza de que se pueden gestionar recursos para procesadoras y plantas de producción”, agrega Vos.
Como una de las especies más abundantes de la región, en virtualmente cualquier comunidad existen manchas de asaí, que a veces presentan hasta más de 150 árboles por hectárea. Con una producción típica de 2 a 5 racimos de hasta 8 kg por planta por año, muchas manchas pueden producir más de 200 kg de asaí por año. Eso significa que existe un enorme potencial productivo de asaí, en especial en los municipios grandes que han conservado la mayor parte de su cobertura forestal.
Según estimaciones de CIPCA los municipios del departamento de Pando y la provincia Vaca Diez del Beni juntos albergan alrededor de 179 millones de árboles de asaí, que en su conjunto pueden producir un total de 670.712 toneladas de asaí por año. Considerando un precio local promedio de Bs. 3 por kilogramo de frutas crudas, en teoría esta producción representa un valor potencial de Bs. 1.408 millones para las familias recolectoras.
“El problema está en que los municipios y las gobernaciones no invierten en esta producción, mayormente los recursos se van a recolección y estudios de información y no llega lo suficiente a los productores para cubrir sus demandas. Las inversiones son mínimas en este rubro en comparación de la minería, monocultivo y otros”, manifiesta el biólogo.