Biólogos prevén seis consecuencias por los incendios en la Chiquitanía

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Expertos biólogos prevén que los incendios en la Chiquitanía de Santa Cruz, que arrasaron hasta la fecha más de un millón de hectáreas, dejarán al menos seis consecuencias que afectarán al ecosistema y, por ende, a la población.

El fuego afectó sobre todo al bosque seco chiquitano, pero también arrasó importantes zonas de cinco parques nacionales y áreas protegidas.

 

La pérdida de humedad; la alteración de ciclos de lluvia en el lugar y zonas aledañas (afecta al país); la disminución de lluvias, que provoca sequías más severas y prolongadas; el inicio del proceso de una posible desertificación; el impacto en la provisión de oxígeno, y la afectación en el sistema de aprovisionamiento de agua para las poblaciones, agricultura y ganadería son las consecuencias que se irán viendo en corto plazo, según coincidieron tres expertos.

 

Para entender las posibles consecuencias, los expertos explican que primero se debe establecer que los ecosistemas forestales cumplen con una serie de funcionalidades o servicios, los que serán afectados de acuerdo al daño que dejen los incendios.

 

El ecólogo vegetal y bioclimatólogo Milton Fernández y la especialista en ecología animal Jennifer Cahill detallaron que los bosques que se vieron afectados por los incendios de agosto tienen características únicas que permitieron que se mantengan en el tiempo llegando a adaptarse a procesos largos de baja humedad y sequía.

 

“La Chiquitanía es un espacio bastante amplio y los bosques tienen una característica climáticamente particular: son bosques secos porque tienen que tolerar entre tres a cinco meses de ausencia de lluvia, esto condiciona que la vegetación se seque en ese tiempo. Al estar rodeadas de una cobertura vegetal constituida por especies de gramíneas o pastos, esta vegetación, con la estación seca, constituye un combustible potencial”, señaló Fernández.

 

Al haberse perdido un porcentaje del bosque en la zona oriental, las funcionalidades ecosistémicas se verán afectadas.

 

En este sentido, Fernández detalló que los bosques proveen de humedad atmosférica, lo que ayuda a producir lluvias locales, pero también, a la vez, forman parte de un centro ciclónico que atrae vapor del océano Atlántico y eso produce mayor volumen de lluvia en la zona y que luego se distribuye a lo largo de la cordillera de los Andes.

 

En cuanto a un inicio de un proceso de desertificación, los expertos detallaron que “si es que la pérdida de la cobertura vegetal disminuye en un 35 por ciento, entonces corremos ese serio riesgo”.

 

El otro proceso afectado será el de la eliminación de dióxido de carbono, tomando en cuenta que las plantas absorben este componente y lo convierten en oxígeno. Por lo mismo, los niveles de contaminación seguirán siendo altos y no habrá reducciones del mismo. La provisión de oxígeno también será mermada.

 

De acuerdo a la explicación que dieron ambos expertos, se afectaron 30 a 40 especies nativas; a esto se suma que existen varias especies endémicas. El daño también podría haber afectado a los parientes silvestres de plantas cultivadas, las cuales pueden servir para el mejoramiento genético en casos específicos que se requiera.

 

Cahill explicó que la Chiquitanía es un “centro de origen de la planta cultivada”.

El riesgo de una posible desertificación del lugar crece si es que la cobertura vegetal se pierde en un 35 por ciento.

 

DATOS

 

El banco de semillas resulta afectado. La producción de semillas se da a través de los mismos árboles. Los incendios provocan que la regeneración propia del bosque sea afectada por la intensidad del fuego.

 

No se puede plantar cualquier especie. Pese a las acciones que se coordinan entre los ciudadanos, en la zona afectada no se puede plantar cualquier especie, por lo que se debe trabajar en un plan de restauración del que se hagan cargo biólogos expertos y que conocen el lugar.

 

Etapa inicial de restauración sería de 30 años. Un programa de restauración debe ser sostenido a largo plazo, por lo que se conoce que la etapa inicial tendría una duración de al menos 30 años.

 

Evaluaciones con imágenes satelitales. Los biólogos de Santa Cruz señalan que se debe trabajar con imágenes satelitales y con evaluaciones en campo para poder obtener mayor información sobre la afectación en las zonas quemadas.

 

Especies animales resultaron afectados. Hay afectación a los animales como los venados, ciervos, osos hormigueros, varios tipos de felinos y micromamíferos que se constituyen en la base alimenticia de muchos grupos de animales de ese lugar.

 

200 ESPECIES ENDÉMICAS ESTÁN EN SERIO PELIGRO

 

El vocero del colegio de biólogos de Santa Cruz, Huascar Bustillos, señaló que se debe realizar una evaluación técnica específica para determinar la afectación por los incendios.

 

“Hay que hacer una evaluación técnica de hasta qué punto han sido afectados, hasta qué punto y de qué manera podemos recuperarlo. Los estudios hay que hacerlos con vistas satelitales y la evaluación de daños en campo”, dijo.

 

Aseveró que en el bosque seco chiquitano hay más de 200 especies endémicas, es decir que no se encuentran en otro lugar, están restringidas a este tipo de bosques. Son plantas herbáceas sobre todo.

 

“Hay afectación a los animales como los venados, ciervos, osos hormigueros, varios tipos de felinos y sobre todo los micromamíferos que se constituyen en la base alimenticia de muchos grupos de animales de ese lugar”, aseguró.

 

La primera evaluación está en proceso. Ayer, el grupo de biólogos ingresó al parque nacional Otuquis, donde se hará un relevamiento de datos y se intentará recoger la mayor cantidad de semillas, sobre todo para recuperar las especies endémicas que fueron afectadas por los incendios.

 

Bustillos señaló que el proceso de restauración debe ser implementado a partir de un plan que sea específico para las zonas afectadas y que ayude a regenerar los bosques, pero sobre todo que se mantengan las particularidades que se tenían en esa región.

 

Fuente: Periódico La Prensa