Fedeple reportó una caída en la ordeña de leche de un 7,3% durante el primer trimestre del año. Las pequeñas industrias reportan problemas por el ingreso de productos de contrabando que son hasta un 25% más baratos que los nacionales
El sector lechero en Santa Cruz no pasa por su mejor momento. Al primer trimestre de este año la producción se contrajo un 7,3%, según datos de la Federación Departamental de Productores de Leche (Fedeple). A esto se suma que en los últimos cinco años, un 10% (100 productores) de los afiliados a la institución dejaron la actividad pecuaria. Los números poco agradables se dan en un contexto complicado, en el que varios factores golpearon a los productores, como los incrementos de los costos de operación.
En este punto dos son los elementos que ponen en apuros a los lecheros: el alza salarial y el de los insumos, usados para la alimentación y desarrollo del hato ganadero vacuno. Otro elemento en esta coyuntura adversa es el clima ya que las constantes lluvias en el trimestre afectaron la ordeña lechera. Klaus Frerking, presidente de Fedeple, señaló que los más afectados son los pequeños productores que representan un 75% de la cuenca lechera de Santa Cruz.
“Producíamos 300.000 litros por día, y ahora estamos con 278.000. Pasamos por un doble aguinaldo, y ahora tenemos un incremento salarial”, afirmó. El precio es otro punto que preocupa porque su promedio está congelado, desde 2015, en Bs 3,17 por litro, que varía de acuerdo a la calidad del producto que entregan los pecuarios a la industria.
“La rentabilidad se ve afectada, porque nuestros costos laborales y de sanidad son muy altos”, dijo el lechero Javier Velarde. La situación poco agradable no es nueva para los lecheros, se arrastra desde 2018 cuando el sector decreció un 2%. Para los lecheros la situación es preocupante por el impacto que tiene la producción cruceña en el país porque abarca hasta un 60% de la ordeña del país.
Crecen importaciones
Hasta el 2014, de acuerdo al Instituto Boliviano de Comercio Exterior, (IBCE) el sector de lácteos en Bolivia tuvo un buen desempeño, cuando sus exportaciones registraron un pico de $us 48 millones, lo que dio lugar al mayor superávit de la historia ($us 26 millones). Sin embargo, las ventas externas se redujeron a menos de un tercio en el 2018 (llegaron a $us14 millones), siendo superadas por las importaciones (que registraron $us 22 millones).
Este fenómeno, según el IBCE, cambió el perfil comercial del país, que pasó de exportador de lácteos a ser un importador nato en el sector.
La situación se repite a marzo de este año, cuando las compras externas sumaron $us 5 millones.
El principal eslabón de la cadena productiva lechera, las industrias, también registran problemas, por la falta de mercados y el ingreso de productos de contrabando y de importación legal.
Roberto Arce, presidente de la Asociación Nacional de Industrias Lácteas (Andil), señaló que es difícil competir con los precios de los productos extranjeros. Según Andil, en el mercado los precios de la oferta de contrabando son hasta un 25% más baratos que los nacionales. Zulma Chambi, gerente de Andil, señaló que considerando la leche cruda, la diferencia es notable.
“En Argentina el precio es de 0,18 centavos de dólar por litro de leche cruda, y en Bolivia, las industrias pagan 0,48 centavos; por lo tanto, los productos lácteos de otros países son más baratos que la producción nacional”, dijo. Para la ejecutiva, la situación es crítica, porque el mercado boliviano es reducido, y la población no incrementó el consumo. Agregó que por esta situación las cerca de 10 empresas que forman Andil, solo operan a un 55% de su capacidad.
En la víspera, PIL el principal complejo industrial lácteo del país, reportó que desde 2015 registra perdidas por $us 30,7 millones, debido a la caída del precio internacional de leche en polvo, el crecimiento de las importaciones y los elevados costos de la materia prima.
Afirma que la empresa no realizó despidos, sino que hará un reajuste en su estructura para mejorar su competitividad en el mercado. Frerking y Velarde coinciden en que debe aumentar el consumo per cápita de leche. Según datos de Fedeple, en Bolivia una persona, en promedio, consume 62 litros/año cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda el consumo de 160 litros del producto por persona.
Fuente: Periódico El Deber