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La enfermedad no es propia de la zona, pero, según Jerjes Suárez, podría darse por el calentamiento climático. Ya ha visto ocho casos en animales y dice que no se le está dando importancia al tema, que afecta a humanos.
«Por un barrio que nosotros llamamos San Antonio hay un curichi grande, de unas 10 a 15 hectáreas, y alrededor de ese curichi han comenzado a aparecer varios animales, perros, con la leishmaniasis. Son úlceras que proliferan en las partes bajas porque el mosquito flebótomo, el transmisor, tiene la capacidad de afectar hasta a 1,20 metros de altura, por eso es que ataca más a las personas de escasos recursos, donde no hay portones cerrados o enmallados, gente que se acuesta y les afecta a la nariz», cuenta Jerjes Suárez, veterinario, zootecnista y cirujano con 30 años de experiencia.
Dice que ha visto personas afectadas en Roboré, confirmadas por médicos del lugar, y que en Santiago hay dos familias afectadas, con confirmación de laboratorio. «Y aquí en la zona de Roboré el otro día murió un señor, hace como un mes, le hubiera visto la pierna, en ese estado ya poco o nada se puede hacer, mueren quizás porque se deteriora su salud. A los perros los enflaquece, les crea úlceras, los liquida, y en los humanos igual, viera las lesiones, gente sin nariz, sin orejas, con las piernas una pena», cuenta.
El veterinario explica que la leishmaniasis es una enfermedad que afecta tanto a los perros como a las personas. Dice que antes se escuchaba que atacaba a zonas amazónicas como el norte de Bolivia, en Pando, o el norte de La Paz y el norte de Beni, por eso le parece extraño que el problema esté por su tierra.
«Soy oriundo de Roboré y nos está comenzando a afectar el calentamiento global. Inclusive yo al principio pensé que se dio por personas que vienen de Puerto Quijarro y de Puerto Suárez están trayendo la enfermedad. Como acá es caliente, llegan de short y el mosquito flebótomo (transmisor) ha comenzado a proliferar», explica.
Según él, en Brasil hay un programa de leishmaniasis, pero acá no e incluso muchos veterinarios no conocen el problema porque no es tradicional de la zona y no dan importancia al asunto. «Es un problema de salud pública, el mosquito va y le pica al perro y luego pica a cualquier pierna, nariz u oreja y esa persona ya adquiere la leishmaniasis, o viceversa. Como ya hay casos en Roboré, tiene muchas probabilidades de multiplicarse», aclara.
Suárez, que se hizo conocido durante los incendios de la Chiquitania, dice que en Brasil un casos de estos es eutanasia segura al perro. Explica que se puede curar la enfermedad en el perro, pero el tratamiento toma como seis meses y hasta un año, tiempo suficiente para exponer a los vecinos y las demás mascotas.
El otro día dice que sacó un perro del cuartel con leishmaniasis, y gracias a que una ONG le donó diez reactivos para detectarlo, confirmó sus sospechas. Cree que con la situación de la pandemia por Covid-19, si lleva muestras a Cenetrop, hay altas probabilidades de que no las reciban.
«La leishmaniasis es como la lepra, se come la nariz, la oreja, la pierna. La situación es para alarmarse, acá la gente va seguido a Puerto Suárez, Corumbá, Quijarro y Pantanal», trata de ilustrar sobre la gravedad.
Dice que hasta ahora ha detectado ya ocho casos en perros, mientras que en humanos la doctora le comentó de dos familias, más el hombre que murió. Por una enfermera se enteró de otro caso, o sea que ya tiene cuatro ubicados.
Suárez dice que hay dos tipos de leishmaniasis, la cutánea y la visceral. «La primera afecta por fuera y la visceral llega al corazón, hígado, riñón y mata. Sí o sí deteriora la salud, quién va a estar tranquilo con esas heridas», insiste en la gravedad que no ha sido valorada y espera que las autoridades reaccionen.
Fuente: El Deber