En 2022, según Anapo, presentó toda la documentación técnica para los eventos en soya y trigo HB4 para hacer las evaluaciones locales y recién después de más de un año -dicen- se iniciará la evaluación en soya.
Una luz al final del túnel. A dos años y casi ocho meses de gestión del actual de Gobierno y a una semana de la reunión entre el presidente Luis Arce y representantes del directorio de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), el presidente de esta organización José Luis Farah, sacó a relucir la voluntad de respaldo del jefe de Estado a la adopción de la biotecnología con la mirada puesta en garantizar la seguridad alimentaria y avanzar en la industrialización con sustitución de importaciones.
En contacto con medios televisas locales, Farah dio luces del diálogo referente a la adopción de nuevas variedades de semillas genéticamente mejoradas dejando entrever que Arce está dispuesto a dar luz verde a la propuesta sectorial, previa condición de análisis y evaluación científica, validación y homologación del material genético a ser introducido en los campos agrícolas.
Explicó que en dicho trabajo debe ser liderado por centros de investigación, tanto públicos como privados, siendo el foco de la investigación la adaptación de las semillas a las condiciones de clima y suelo de las diferentes zonas productivas del país. Los agricultores aspiran a la autorización de nuevos eventos biotecnológicos para los cultivos de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya.
«El presidente Luis Arce se mostró predispuesto a avanzar en el pedido sectorial y eso nos hace mantener las expectativas muy altas. La biotecnología ayudaría a evitar pérdidas productivas por eventos climatológicos, garantizaría la sostenibilidad de los campos y de la actividad agropecuaria, optimizaría una mayor la producción sin ampliar la frontera agrícola actual y garantizaría la seguridad alimentaria con precios asequibles para las familias bolivianas», dijo Farah.
El sábado, al otro día de la cita entre el presidente Arce y la dirigencia de la CAO, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, afirmó que en la reunión se coincidió en la necesidad de coordinar, mucho más, el trabajo rumbo a la seguridad alimentaria, cómo mejorar la productividad y la industrialización con sustitución de importaciones. “Se va a ver programas orientados a mejorar la productividad para garantizar la seguridad alimentaria», expresó, al detallar que en la cita la CAO planteó el uso de la biotecnología.
Acelerar la aprobación
Desde la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), el gerente general Jaime Hernández, expresó que el sector espera avanzar en la aprobación de nuevos eventos transgénicos de forma ágil para que los productores puedan disponer de estas tecnologías lo antes posible para producir mitigando los riesgos de pérdidas por ataque de plagas y sequía, y con ello, mejorar los rendimientos y aumentar la producción.
“Se va a ver programas orientados a mejorar la productividad para garantizar la seguridad alimentaria”
Insinuó que en 2022, Anapo presentó toda la documentación técnica para los eventos en soya y trigo HB4 para hacer las evaluaciones locales y recién después de más de un año se va iniciar la evaluación con soya. En el caso del trigo, dijo que no han tenido ninguna respuesta hasta el momento.
A decir de Hernández, el uso de nuevos eventos transgénicos permitirá reducir el número de aplicaciones con plaguicidas que se utilizan actualmente para intentar controlar las plagas, además de contar con una tecnología que puede contrarrestar los efectos climáticos de sequía extrema como es la HB4 y principalmente que los productores puedan acceder a genética de mayor potencial de rendimiento que tiene incluidos estos eventos transgénicos.
En criterio del presidente de la Cámara de Pequeños Productores del Oriente (Cappo), Isidoro Barrientos, considera que se debe habilitar el uso de semillas de soya, trigo y maíz homologadas en el mercado internacional. En junio de 2022, reconoció que productores chicos, medianos y grandes han incorporado de forma ‘clandestina’ semillas no autorizadas en campos de soya, maíz y algodón, que provienen de Argentina, Brasil y Paraguay.
Para el director ejecutivo de Agro Consultora Mercados Bolivianos e Internacionales, Alberto Ospital, es alentador que el presidente Arce haya entendido que la incorporación de la biotecnología no trae desventajas, más al contrario, hace más sostenible la producción.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, cree que es una buena noticia que el Gobierno se abra a la posibilidad de utilizar semillas genéticamente mejoradas, porque no solo permitirá consagrar la autosuficiencia alimentaria, sino que significará un espaldarazo para las agroexportaciones, en momentos cuando Bolivia lo que más precisa es generar divisas frescas para mantener la estabilidad, crecer más y generar empleos sostenibles.
Fuente: El Deber