“Nos sentimos felices de producir las uvas que son la base de los mejores vinos y Singanis de Bolivia.
Me gustaría que mis hijos continúen la tradición de trabajar con Casa Real, para aportar juntos al desarrollo de nuestra tierra”, comentó Dionisio Salgado, proveedor tarijeño de la bodega hace 40 años. Más de 300 proveedores y sus familias son parte fundamental del negocio vitivinícola.
Las bodegas Casa Real y Campos de Solana albergan a más de 100 trabajadores y otros 300 colaboran de manera indirecta. Hace casi 20 años que la empresa invierte en el crecimiento profesional de sus colaboradores y proveedores en las áreas de seguridad alimentaria e industrial, manufactura y buenas prácticas agrícolas, entre otros.
“Casa Real es como si fuera mi casa, mi hogar” nos cuenta Adela Espíndola, quien trabaja en la compañía desde sus inicios. “Cuando comencé a trabajar aquí era muy joven, poco a poco fui aprendiendo todo lo que sé, Don Luchito siempre fue como mi padre, me ayudo a formar mi familia, a tener mi casa, a lograr que mis 4 hijos sean personas de bien” destacó.
La relación entre la compañía y sus aliados, no solo le ha permitido involucrar a pequeños y medianos productores en el negocio vitivinícola, sino también a todos los trabajadores que forman parte de la familia Casa Real, así han logrado la mejora de la producción de sus cultivos y la generación de ingresos para sus familias.
Fuente: Periódico El Mundo